A lo largo de las reuniones mantenidas con el Sepla, Iberia ha ofrecido al sindicato un acuerdo que garantiza el empleo a todos los pilotos de la plantilla de Iberia, sin que ninguno de ellos se vea afectado como consecuencia de la actividad de Clickair.
Iberia está dispuesta a que, como segunda garantía, el Ministerio de Trabajo, organismo con capacidad para imponer el acuerdo, tutele el acuerdo a que se llegue, de forma que ningún piloto de Iberia sienta amenazado su empleo por la participación de la compañía en una aerolínea de nueva generación y con base en Barcelona. Es más, desde Iberia se ha aceptado incluso que, como tercera garantía, se abriese una comisión, con participación del Ministerio de Fomento, que analizase el impacto de la evolución de la nueva aerolínea en el empleo del colectivo de pilotos.
Frente a ello, el sindicato de pilotos Sepla ha pasado de una aberración a otra, reclamando avales bancarios multimillonarios, garantías por indemnizaciones millonarias y otro tipo de peticiones insólitas sin precedentes en el ordenamiento jurídico español ni en el de ningún otro país.
Mientras, y con el fin de intentar lograr unas concesiones inauditas y completamente inaceptables para ninguna empresa, el Sepla mantiene una huelga de siete días consecutivos en la semana de mayor tráfico del año, con más de 1.600 vuelos cancelados que afectan a 200.000 clientes, y con unos costes para la compañía del orden de 35 millones de euros, un tercio de los beneficios de explotación de todo el año 2005.
Iberia de nuevo quiere trasmitir a sus clientes que hará todo lo que esté en su mano para minimizarles los inconvenientes de esta huelga, ilegal, abusiva e insolidaria, y que miles de empleados de Iberia están trabajando para compensar el abuso que supone la convocatoria de huelga por un colectivo que sólo representan el 7,5 por ciento de la plantilla de la empresa.
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