La reunión mantenida ayer entre la dirección del mayor fabricante de automóviles de Corea del Sur, Hyundai, y los representantes del sindicato de trabajadores no ha servido para poner fin a la huelga que ha provocado que la compañía tuviera que paralizar las exportaciones de vehículos.
Un portavoz de la marca automovilística, William Park, indicó que, aunque no se ha llegado a un acuerdo entre las dos partes, las negociaciones continuarán durante la próxima semana.
Las conversaciones se llevaron a cabo en la ciudad industrial de Ulsan, a unos 200 kilómetros al sureste de Seúl, en la que la compañía tiene su fábrica más importante. En esta misma ciudad se retomarán las negociaciones el próximo lunes.
La huelga dio comienzo el pasado 26 de junio con el fin de exigir una subida salarial del 9,1%, así como una mejora de las condiciones laborales y un aumento de los incentivos.
Estas reivindicaciones han provocado que la compañía dejara de producir desde entonces 83.710 vehículos, por un valor de 1.210 millones de dólares (955 millones de euros).
Con motivo de las reclamaciones de los trabajadores, la marca surcoreana se ha visto obligada a paralizar sus exportaciones de vehículos al extranjero, aunque el suministro se encuentra garantizado, al menos durante tres meses.
Hyundai y su filial Kia concentran más del 70% de las exportaciones de vehículos en Corea del Sur, las cuales suponen alrededor del 10% de todos los envíos al extranjero del país asiático.
La compañía produjo 1,68 millones de vehículos en este país el pasado año. También fabricó vehículos en sus fábricas de otros países, como en Estados Unidos, China, India o Turquía.
Este año ha sido muy conflictivo para la empresa, puesto que a esta huelga se suman las acusaciones de malversación de fondos y de soborno vertidas sobre su presidente Chung Mong-Koo, que provocaron su encarcelamiento el pasado mes de junio.
Chung abandonó la prisión la semana pasada y ya ha retomado sus labores como dirigente de la empresa. Con motivo de estos problemas con la justicia, Hyundai tuvo que posponer la inauguración oficial de su nueva fábrica en la República Checa y la de Kia Motors en Estados Unidos.
El presidente de Hyundai al volver al trabajo envió un ‘email’ a sus empleados y a la prensa en el que mostraba su deseo de que las actividades de la compañía volvieran a la normalidad y de que se retomen «los proyectos tanto domésticos como internacionales que hayan sido pospuestos».
Por otro lado, los trabajadores de Kia, segundo fabricante de automóviles surcoreano, han vuelto al trabajo después tres días de paros y de alcanzar un acuerdo con la compañía, según informó un portavoz de la empresa, Michael Choo.
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