El mayor fabricante de automóviles surcoreano, Hyundai Motor, anunció hoy que la huelga parcial puesta en marcha por el sindicato de trabajadores de la empresa, en la que exigen subidas salariales y mejoras de las condiciones laborales, ha provocado la paralización de las exportaciones de vehículos.
Un portavoz de la compañía, Oles Gadacz, indicó que las exportaciones «han parado», aunque señaló que el suministro a los proveedores extranjeros no será interrumpido por el momento, ya que ha sido enviado un stock de automóviles suficiente para afrontar la demanda durante tres meses.
La compañía que preside Chung Mong-Koo ha venido sufriendo huelgas anualmente desde 1987, especialmente durante el verano, momento en el que los representantes de los trabajadores aprovechan para realizar sus peticiones.
Los sindicatos de la compañía automovilística comenzaron sus protestas el pasado 26 junio, exigiendo un aumento del 9,1% en los salarios de los empleados, así como una mejora de los incentivos y de las condiciones laborales.
La huelga que tuvo lugar en 2005 finalizó después de que los representantes de los trabajadores y de la compañía acordaran una subida salarial del 6,9%.
Hasta el momento la huelga ha provocado que la compañía dejara de fabricar 78.616 vehículos, lo que supone un coste de 1.130 millones de dólares (cerca de 897 millones de euros).
Hyundai y su filial Kia concentran más del 70% de las exportaciones de vehículos en Corea del Sur, las cuales suponen alrededor del 10% de todos los envíos al extranjero del país asiático.
La compañía produjo 1,68 millones de vehículos en este país el pasado año. También fabricó vehículos en sus fábricas de otros países, como en Estados Unidos, China, India o Turquía.
Este año ha sido muy conflictivo para la empresa, puesto que a esta huelga se suman las acusaciones de malversación de fondos y de soborno vertidas sobre su presidente, que provocaron su encarcelamiento el pasado mes de junio.
Chung abandonó la prisión la semana pasada y ya ha vuelto a retomar sus labores como dirigente de la compañía. Con motivo de estos problemas con la justicia, Hyundai tuvo que posponer la inauguración oficial de su nueva fábrica en la República Checa, al igual que la de la planta de Kia en Estados Unidos.
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