Se suspende la huelga de pilotos de Iberia

La dirección de Iberia y el SEPLA firmaron ayer en el Ministerio de Fomento, en presencia de su titular, Magdalena Alvarez, el acuerdo por el que se suspende la huelga de pilotos que comenzó a las 00.00 del pasado lunes día 10.

Como consecuencia de esta huelga, la compañía ha cancelado unos 240 vuelos diarios, un tercio de los programados, durante los días que ha durado el paro y ha perdido unos 15 millones de euros, 5 millones por día.

La aerolínea todavía no puede evaluar el impacto económico final de la huelga de pilotos ya que, a pesar de que se haya suspendido ayer, los vuelos necesitan una preparación que debe efectuarse con un mínimo de 24 horas de antelación y que, por ello, algunos de los cancelados para los próximos «dos o tres días» no podrán despegar.

El acuerdo lo firmó el portavoz sindical del SEPLA, Bernardo Obrador y otros representantes del comité de huelga por parte del colectivo de pilotos y por el director de Recursos Humanos de Iberia, Sergio Turrión, y por el director general de la aerolínea, Enrique Donaire, en representación de la compañía.

El nuevo documento aprobado ayer presenta alguna diferencia «de matices», en opinión de Iberia, con respecto a la propuesta que el sindicato rechazó el lunes por la tarde en la sede de la aerolínea y ayer, cuando la compañía hizo llegar el documento al SEPLA.

Entre las diferencias entre ambos documentos destaca el apartado referente a que Iberia pueda renunciar a operar la red de corto y medio radio de forma que impida el incumplimiento efectivo de la garantía de que Catair no afecte en ningún caso los puestos de trabajo de los pilotos de Iberia.

En el documento original, el punto anterior aparecía como un «principio de buena fe» mientras que en el actual se incluye en el primer punto como «garantía de mantenimiento de empleo».

En este apartado de las garantías se modifica también el punto tres, que ahora añade un párrafo que establece que las necesidades para los vuelos de largo radio se cubrirán con pilotos de Iberia, permitiendo así la «promoción» de este colectivo.

Iberia que, según la propuesta anterior, garantizaba el empleo de los pilotos se comprometía a no hacer expedientes de regulación ni despidos por causas económicas, técnicas, organizativas o productivas.

Este punto ahora remite, en cuanto a las causa de los posibles despidos, a los artículos 51 y 52 c) del Estatuto de los Trabajadores y concordantes.

El artículo 51 hace referencia a lo que se entiende por despido colectivo, la extinción de contratos de trabajo fundada en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.

El 52 c) se refiere a que, en caso de que se llevaran a cabo despidos, colectivos o no, los representantes de los trabajadores tendrán prioridad de permanencia en la empresa.

Iberia ya ha remitido el documento a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Tanto CC.OO como el Sindicato de Tripulantes de Cabina de Líneas Aéreas (SITCPLA) han expresado su satisfacción por la desconvocatoria de la huelga.

CC.OO considera que el acuerdo que ahora han aceptado los pilotos no difiere prácticamente nada del ofrecido a este colectivo el sábado pasado por Iberia.

En opinión de CC.OO, este sindicato, así como UGT, han contribuido a la decisión por la inminencia de las concentraciones que tenían previsto empezar ambos sindicatos en varios aeropuertos españoles.

A su vez, SITCPLA ha pedido a Iberia que convoque a la mayor brevedad la Comisión Negociadora del XV Convenio Colectivo para explicar el contenido del acuerdo alcanzado con el SEPLA y ha vuelto a manifestar su rechazo a la convocatoria de huelga que mantiene el colectivo de tripulantes de cabina STVLA y CTA en Iberia para los días 16, 18 y 20 de julio.

Por su parte, TCM-UGT ha informado de que acepta el acuerdo firmado entre SEPLA e Iberia con «moderada satisfacción» y exigirá los mismos beneficios derivados del acuerdo con los pilotos para el resto de la plantilla de Iberia.

TCM-UGT considera que el portavoz del SEPLA, Bernardo Obrador, debe despejar «varias incógnitas» en relación con su discurso «impreciso», la aceptación de unas condiciones que ya fueron presentadas con anterioridad por Iberia o la compensación al resto de trabajadores por las pérdidas generadas en sus salarios, entre otras.