La BBC mandó espiar a sus empleados en los 70 y 80

Miles de empleados de la cadena televisiva británica BBC fueron investigados durante las décadas de los 70 y 80 por el servicio de contraespionaje MI5, reveló el diario The Sunday Telegraph.

Según el periódico, el cual tuvo acceso a documentos confidenciales, los servicios secretos británicos pasaban información sobre la trayectoria de vida y tendencia política de los trabajadores, entre ellos periodistas, productores y técnicos de sonido, dentro de un programa que estaba permitido y avalado por la propia cadena. El futuro profesional de los empleados sometidos a investigación quedaba en manos de los directivos de la televisora.

Además, continua el diario, la BBC tenía una lista de “organizaciones subversivas”, donde se incluían al marxista Socialist Workers Party, el laborista Militant Tendency y el ultraderechista British National Party, y la pertenencia a uno de estos grupos podía significar el veto en un ascenso laboral, según informaciones del “Sunday Telegraph” que obtuvo gracias a la ley de Libertad de Información, la cual permite la desclasificación de archivos públicos.

Los directivos de la BBC, continua el periódico inglés, tenían una política defensiva en relación a sus vínculos con los servicios secretos y debían “negar categóricamente” cualquier relación ante prensa y sindicatos.

“Cooperación”. En los documentos con fecha de 1983, la BBC reconocía proporcionar “información sobre el personal a los servicios de seguridad”, quienes en una mutua y recíproca correlación, comunicaban cualquier “dato adverso” y emitían juicios sobre la implicación del individuo.

A esto, el texto señala que “la información se nos presenta como consejo, y el directivo de turno toma la decisión sobre cómo actuar”.

En ese año, 5 mil 728 puestos de trabajo fueron sometidos a escrutinio por el servicio “MI5”, casi un tercio del total de los empleados de esta emisora, aunque los archivos no señalan ningún nombre.

En la década de los 80 este sistema se amplio hacia otros empleados como directores, productores, ingenieros de sonido y secretarias.

En otra acta, fechada en marzo de 1985, la empresa señala que “el secretismo en la operación de veto viene impuesto por los servicios” y no fue decisión de la cadena televisiva.

Los documentos muestran que en 1968 Sir Hugh Green, entonces director general de BBC y John Arkell administrador, evadieron las preguntas al respecto durante una entrevista.
La BBC declinó hacer comentarios.

Londres se protege contra filtración de información
Una nueva ley en Londres castigará a los miembros de los servicios secretos que filtren información confidencial para poner en evidencia la política del gobierno, informó The Sunday Times.

Esta ley fue auspiciada por el ministro del Interior británico, John Reid, quien desea que aumente las penas de prisión para los delatores y elimine salvaguardas que hasta ahora los protegían, como la que permite invocar una situación de “necesidad” para revelar datos confidenciales, como señala la ley desde 1989.
La nueva legislación, pretende evitar casos como el de Katherine Gun, una ex traductora de los servicios secretos quien durante los meses previos a la guerra contra Irak, alertó que Estados Unidos quería que Gran Bretaña le ayudara a poner escuchas en los hogares y oficinas de los miembros del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.

Se retiraron los cargos, debido a que Gun alegó que su delación pretendía prevenir “un crimen mayor”, la guerra contra Irak.