La presidenta del Foro Social de África de 2006 y ex ministra de Cultura malinesa, Aminata Traore, clausuró hoy el II Foro Social Mundial de las Migraciones (IIFSMM) con una petición de justicia para quienes llegan al continente europeo desde Africa.
«Lo que estos ‘invasores’ africanos necesitan es justicia», reivindicó Traore en un discurso cargado de indignación y recordó que los miembros de la Unión Europea (UE) exigen a los países del continente negro políticas al servicio de sus intereses. Aludió a su responsabilidad en la «destrucción» de su tejido social.
«Hay que comprender la situación de la que parten las personas que llegan por el desierto a Ceuta y Melilla. Se está explicando la inmigración africana en términos de pobreza», dijo. En la rueda de prensa de clausura del IIFSMM, en el que han participado 1.800 participantes de 83 países, Traore estuvo acompañada por Demetrio Valentini, presidente de la Comisión Pastoral de los Migrantes de la Conferencia Episcopal Brasileña, por el alcalde de Rivas Vaciamadrid, José Masa, Ignacio Díaz de Aguilar y por Enrique Santiago, presidente y secretario general de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR).
La militante africana acusó a los gobiernos europeos de negarse a realizar un diagnóstico de las relaciones económicas que se establecen con el continente africano. «Estamos profundamente impactados por la mala voluntad política de Europa y la estigmatización que está haciendo de los africanos. Los criminales no vienen aquí, están en los hoteles de lujo de nuestros países», manifestó. Traore quiso además puntualizar «el mito» de Europa como paraíso de los inmigrantes: «Sabemos muy bien que los países desarrollados pueden ser el infierno», dijo. Demetrio Valentini reafirmó las declaraciones de la ex ministra: «Las migraciones interpelan el modelo económico construido sobre el neoliberalismo y la acumulación de capital», pero ofreció reflexiones para la esperanza.
«Este Foro tiene validez por la propia experiencia que proporciona: una relación abierta y de confianza entre las personas. Experiencias como éstas son válidas para demostrar que es posible un mundo diferente», aseguró.
El alcalde de Rivas Vaciamadrid, José Masa, habló del orgullo de su ciudadanía por acoger a personas que llevan a cabo «un debate crucial». «Existen ciudadanos y organizaciones dispuestas a luchar por la justicia como un elemento de referencia. Vamos a seguir trabajando con vosotros», aseguró.
A la espera de las conclusiones finales, que se decidirán en la Asamblea de Movimientos Sociales que tendrá lugar esta tarde, Enrique Santiago, portavoz del Comité Internacional del Foro, reivindicó la adhesión de los Países del Norte a la Convención Internacional de la ONU sobre los Derechos de los Trabajadores Migrantes y sus Familias.
«Es la primera vez en la historia que ningún país rico firma una Convención de la ONU», dijo sobre un hecho recientemente denunciado por Kofi Annan, a causa de la «política de violación sistemática de los derechos humanos de los migrantes». Santiago recalcó «el contexto de una globalización neoliberal que expulsa a las personas de sus países» y que, en su opinión, las políticas migratorias no pueden estar al margen de los derechos humanos. «No es una cuestión ética, es un compromiso», dijo en alusión a los convenios ratificados por España.
Subrayó la necesidad de crear un mecanismo de verificación y seguimiento de las propuestas que salgan de este II FSMM para que «no se queden en simples declaraciones». Un mecanismo, que a juicio de los organizadores del Foro, debe estar liderado por la Asamblea de Movimientos Sociales. Santiago señaló el esfuerzo del comité organizador en España por realizar un Foro más allá de la realidad eurocéntrica: «Si no obtuviéramos propuestas para los países de origen, habríamos fracasado».
Por su parte, el presidente de CEAR, Ignacio Díaz de Aguilar, apuntó, en este sentido, el impulso que las asociaciones de inmigrantes están tomando y la contribución de foros como éste a su liderazgo: «Las ONG debemos permanecer en un segunda plano», dijo.
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