El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, confió hoy en los «efectos positivos» del plan de apoyo al sector textil y de la confección, que está dotado con más de 800 millones de euros, y reclamó la participación de las comunidades autónomas en el desarrollo del mismo.
Caldera respondió así a una pregunta formulada por el senador de CiU Jordi Casas i Bedós sobre la valoración del Gobierno acerca de la reciente aprobación del plan de apoyo al sector textil y de la confección.
«Mi valoración es muy positiva, porque el acuerdo alcanzado es fruto del consenso social con los empresarios y los sindicatos», subrayó Caldera, quien destacó además que «es la primera vez» que en España se establece un plan que combina medidas de ámbito industrial, financiero y sociolaboral, con el fin de paliar los efectos de la globalización y la competencia de China.
Igualmente, resaltó la cuantía con la que está dotada dicho plan, con el que el Gobierno apuesta «claramente» por el mantenimiento del empleo. «Es la primera vez que se destinan 800 millones de euros y la primera vez en que en lugar de destruir puestos de trabajo o reestructurar empresas apostamos claramente por el mantenimiento en el empleo de los trabajadores de edad», dijo.
Asimismo, subrayó el apoyo del ministro de Industria, José Montilla, a la consecución del acuerdo, que afectará fundamentalmente a Cataluña, con la mitad de la producción textil y casi el 40% de los trabajadores.
Por su parte, el senador de CiU se mostró satisfecho con el plan de apoyo al textil aprobado por el Gobierno, que, en su opinión, ha actuado «con diligencia» ante el problema con el que se encontraba el sector.
Casas i Bedós planteó al Gobierno utilizar este acuerdo «como ejemplo» para la industria manufacturera en general, ya que su situación económica es «incierta». «Es un sector que tiene futuro si se le ayuda en la línea del plan textil, puede mantener puestos de trabajo y ser exportadora», dijo.
Por ello, reclamó al Ejecutivo socialista que se anticipe «con agilidad y eficacia» a los problemas que puedan afectar a la industria manufacturera y adopte políticas en positivo que faciliten el mantenimiento del empleo, ante la «lentitud» de toma de decisiones de la Unión Europea.
«Este es un gran acuerdo que ha de servir de modelo para que el Gobierno se anticipe ante la lentitud de la UE a la hora de tomar de decisiones, que a veces dificulta que nuestras empresas tengan la vía correcta para poder funcionar», insistió.
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