Los empleados de una empresa británica de trabajos públicos fueron pillados en flagrante delito de pereza tras haber sido cronometrados en el trabajo, donde sólo realizaban 57 minutos útiles sobre las ocho horas oficialmente ‘trabajadas’ a diario.
El control fue efectuado en primavera a iniciativa del Condado de Surrey, al sur de Inglaterra, para el cual la empresa Carillion debía realizar trabajos en la vía pública.
Los obreros en cuestión trabajaban de hecho menos de una hora, pasando el resto del tiempo discutiendo, bebiendo té o leyendo los periódicos. Sin contar las visitas a una pastelería o el pasar por un banco.
La empresa afectada aseguró que había «puesto en marcha nuevos procedimientos de administración», asegurando que el caso en cuestión «debe ser tomado como un caso aislado, y no como la realidad cotidiana».
Carillion, un grupo de trabajo público británico también implantado en Oriente Medio, Canadá y el Caribe, da trabajo a 17.000 personas en todo el mundo, de las que 13.500 están en el Reino Unido.
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