Más de 200 trabajadores de la factoría de Izar en Sevilla rechazaron hoy por unanimidad el principio de acuerdo alcanzado por CC.OO, UGT y la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para la liquidación de los astilleros civiles, tras lo que iniciaron movilizaciones con el corte de la carretera de la Esclusa.
En la asamblea, a la que asistieron en torno a 188 operarios de plantilla y 25 empleados de dos empresas de la industria auxiliar, el presidente del comité de empresa de la planta sevillana, Gregorio Mora, criticó que el Gobierno «haya traicionado a los trabajadores» y reivindicó el cumplimiento de los acuerdos firmados el 16 de diciembre de 2004, por los que el Gobierno se comprometía a la venta conjunta de las cuatro factorías civiles (Sevilla, Sestao, Gijón y la fábrica de motores de Manises).
En la convocatoria intervino inicialmente el presidente del comité, que apuntó que el próximo miércoles se reunirá el pleno del comité de empresa para aprobar un calendario de movilizaciones, explicó los términos del preacuerdo «donde no dice nada de los acuerdos alcanzados en 2004 ni aparece la Sepi por ningún lado ni tampoco el papel que juega la industria auxiliar, cuyos trabajadores deben tener las mismas garantías que el resto», por lo que pidió la nulidad del proceso de venta de los astilleros.
Gregorio Mora lamentó que «no exista un compromiso claro y explícito sobre el plan industrial» y aseguró que «los trabajadores estamos ya escaldados con todo lo que nos ha pasado».
Por su parte, el representante de CC.OO. en la factoría, Enrique González, que hizo un llamamiento a la unidad entre las partes, apuntó que aseguró que los trabajadores «no tenemos miedo a luchar, sino que tenemos miedo a los efectos del preacuerdo, donde la Sepi se quiere ir de rositas», tras lo que citó la famosa frase revolucionaria «preferimos morir de pie que vivir de rodillas».
El portavoz de UGT, Fernando Girardo, lamentó que «no tenemos garantías ni para nosotros ni para la industria auxiliar», mientras que el portavoz del CAT (Coordinadora Autónoma de Trabajadores), Enrique Cisma, arremetió contra el Gobierno central «que es antiobrero y al que le sobran la S de socialista y la O de obrero de PSOE».
Tras la votación, donde los trabajadores rechazaron por unanimidad el preacuerdo, se quemaron ejemplares de dicho documento en la puerta de la factoría y marcharon hasta la carretera de la Esclusa, donde cortaron la circulación y quemaron neumáticos, sin que se desarrollaran incidentes, tan sólo retenciones de tráfico, que afectaron especialmente a camiones y transporte de mercancías.
Durante este acto de protesta, los trabajadores gritaron consignas en contra el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, así como llamamientos a seguir con las movilizaciones, como ‘Si esto no se arregla, guerra, guerra’ o ‘Si esto no se apaña, caña, caña’.
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