Los sindicatos y la patronal del sector del metal alcanzaron hoy un preacuerdo tras 23 horas de negociación que supone la desconvocatoria del paro general que estaba previsto para mañana pero que mantiene la huelga en el sector en la provincia de Pontevedra, al no haber sido ratificado por la asamblea de trabajadores.
Los representantes de las tres centrales sindicales con presencia en la mesa de negociación -CC OO, UGT y CIG- dieron a conocer el contenido del
preacuerdo a los trabajadores en el transcurso de una asamblea celebrada en Praza do Rei, a la que asistieron alrededor de 5.000 trabajadores.
Ante la falta de acuerdo, los representantes sindicales indicaron que someterán el documento a las respectivas asambleas de afiliados y repartirán octavillas informativas en las próximas horas para que los trabajadores conozcan los puntos del preacuerdo antes de someterlo nuevamente a la asamblea de trabajadores, mañana en Praza do Rei.
El portavoz de la CIG, Miguel Malvado, explicó a la asamblea que el documento prevé un incremento lineal de 800 euros, lo que supone una subida salarial de 60 euros por mes.
La noticia sobre este incremento fue recibida con abucheos y gritos de «fuera, fuera», «trampa», «vendidos» y «no se acepta» por parte de muchos trabajadores que más tarde mostraron su indignación al conocer que no podrán recusar a su respectiva mutua «hasta el segundo año», si bien en el primero podrán enviar informes y que la regulación de la contratación se hará mediante una lista de trabajadores que supone que «las empresas auxiliares tendrán que contratar preferentemente a los trabajadores de esa lista».
En el transcurso de la asamblea algunos trabajadores increparon a los portavoces sindicales y les «acusaron de manipulación» al considerar que «no se puede sacar a gente a la calle para ganar 60 euros al mes.
El secretario comarcal de CC OO y ex secretario del metal de ese sindicato, Manuel Cameselle, pidió calma y rogó a los exaltados que les permitiesen explicar el documento ya que «hay miles de trabajadores que quieren escuchar para saber qué hacer».
Asimismo, recordó que, desde un principio, los sindicatos les «explicaron claramente» que sería un convenio contra la precariedad «que pretende regular las contratas, y pidió respeto absoluto, ya que «lo que no vale para unos, puede valer para otros, y aquí va a decidir la mayoría». Asimismo, y a mayores, señaló que habrá una bolsa de contratación para el sector naval, que pretende «garantizar la estabilidad del sector».
El representante de CC OO subrayó que el preacuerdo permitirá respetar la antigüedad en cualquiera de las empresas y sitúa el porcentaje de trabajadores fijos en el 50 por ciento «al final de este convenio» en el año 2008. Indicó que los sindicatos no van a permitir que «vengan empresas extranjeras», en su mayor parte portuguesas, rumanas o polacas, con convenios «mas bajos» a condicionar el empleo.
De esta forma, el preacuerdo establece que todas las empresas que contratan trabajadores estarán obligadas «como mínimo el convenio del metal de la provincia de Pontevedra y será a los trabajadores y a sus representantes sindicales a quienes corresponda exigirlo y denunciarlo si no se respeta.
Además, el documento garantiza la jubilación parcial con independencia del contrato y el cobro del 100 por ciento de las bajas por enfermedad desde el primer día en caso de hospitalización hasta el alta definitiva.
El portavoz de UGT, José Antonio Álvarez, manifestó al término de la asamblea que después de todo lo que han sufrido y vivido en la mesa negociadora «no es el mejor acuerdo, pero tampoco es el peor y puede valer». Añadió que cuando un acuerdo satisface a ambas partes «es mal» y «este no satisface a ninguna».
Subrayó que el acuerdo «puede ser bueno o malo» pero se alcanzó tras 23 horas seguidas «aguantando el tirón» y lamentó que algunos trabajadores crean que no se hizo un tremendo esfuerzo por parte de los sindicatos.
Recordó que ayer a las 5.00 horas estaban en el tajo con los piquetes y hoy sin ir a la cama estuvieron en la asamblea de hoy » para dar la cara y exponer lo que los trabajadores tendrían que refrendar democráticamente».
Opinó que a los sindicatos les gustaría haber conseguido mucho más porque en sus respectivas plataformas llevaban mas reivindicaciones, si bien «desgraciadamente» saben como está el sector y de la existencia de un cúmulo de cosas que les condicionaron a todos, sindicatos, patronal y a toda la parafernalia que envuelve a este convenio.
Aseguró que si mañana la asamblea de trabajadores no ratifica el preacuerdo porque no les gusta a partir de entonces «no habrá interlocutores sociales» ya que los sindicatos «no tendrían credibilidad».
Sin embargo, explicó que en estas asambleas no están los afiliados y recordó que cada sindicato representa fundamentalmente a sus respectivos afiliados, «a los que se deben principalmente. Por ello, cada uno debe estar afiliado a su sindicato, el que no lo está, «lo respetamos pero no compartimos».
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