Miles de personas, 60.000 según los convocantes, se manifestaron hoy en las calles de Madrid en defensa de la paz, la estabilidad laboral y la igualdad, en un clima festivo que se vio favorecido por el buen tiempo que acompañó la marcha.
Convocados por CC.OO. y UGT, y bajo el lema ‘Por la paz, empleo estable en igualdad’, la manifestación, que se desarrolló sin incidentes destacables, partió hacia las 12.30 horas de la Plaza de Neptuno y alcanzó la calle Sevilla una hora más tarde.
Allí los secretarios generales de CC.OO. y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, pronunciaron sus habituales discursos. Miembros del PCE y de la Plataforma Ciudadanos por la República intentaron boicotear los parlamentos de los dirigentes sindicales al grito de «no a la burocracia sindical y a la reforma laboral», y advirtiendo que no se sienten representados por CC.OO. y UGT.
«Esta reforma la vamos a parar» o «Marcelino, Marcelino», en alusión a Marcelino Camacho, ex secretario general de CC.OO., fueron otras de las consignas lanzadas por el PCE y esta plataforma republicana que, abanderando numerosas pancartas y banderas, se adelantó a la cabecera de la manifestación para esperar la llegada de los dirigentes sindicales a la tribuna de discursos, donde los recibieron con silbidos.
Junto a Fidalgo y Méndez y los responsables de CC.OO. y UGT de Madrid, Javier López y José Ricardo Martínez, en la cabecera de la marcha estaban presentes el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, ambos liderando una delegación de sus respectivos partidos.
«RTVE, SÍ».
El 1º de mayo de 2006 ha contado también con la presencia de trabajadores de RTVE, Panrico o Seat, que acudieron a la manifestación para reivindicar una solución a sus respectivos conflictos laborales.
Los trabajadores de RTVE llevaban pegatinas y pancartas en las que defendían al mantenimiento de sus puestos de trabajo. En una de las pancartas que portaban, instaban al PSOE a preocuparse por los derechos de los contratados y no sólo por los de los simios, en referencia al proyecto ‘Gran Simio’.
Este año, también se dejó sentir en la manifestación el colectivo kurdo. Una veintena de personas de esta nacionalidad exigieron en banderas y carteles la libertad para su pueblo.
Otro inmigrante, colombiano pero nacionalizado español, se paseó por la marcha vestido con un mono naranja, guantes de esqueleto y gafas con una calavera. Se llama Rafael Correa, y como explicó a Europa Press, el objetivo de esta vestimenta es llamar la atención de los poderes públicos para que le ayuden a que su enfermedad sea diagnosticada.
Tras un recorrido inicialmente lento, la manifestación tardó aproximadamente una hora en recorrer el trayecto programado. Este año, la marcha no siguió su recorrido habitual a causa de las obras que se suceden en la Puerta del Sol, por lo que los convocantes eligieron la confluencia de la calle Alcalá con la de Sevilla para poner el broche de oro a una manifestación que fue más numerosa que ediciones anteriores.
«PAN, PAZ Y LIBERTAD».
Tanto a su llegada como en los discursos que los dirigentes sindicales pronunciaron en la tribuna, Fidalgo y Méndez repitieron consignas que tenían como trasfondo la paz, el fin del terrorismo y el respeto a sus víctimas, la igualdad, y la calidad en el empleo. El dirigente de UGT resumió los objetivos de este 1º de mayo en tres palabras, «pan, paz y libertad», y aseguró que ha llegado el momento de acabar con la precariedad laboral.
Sobre este último asunto, hubo referencias a la inminente reforma laboral, que se firmará la segunda semana de mayo. Los líderes de CC.OO. y UGT aprovecharon la Fiesta del Trabajo para recordar a sus contrapartes que la reforma laboral no se acaba con el acuerdo, sino que empieza con él. «Es necesario acreditar día a día el compromiso de los empresarios, de los sindicatos y de las administraciones públicas para reducir la precariedad», advirtió Méndez.
Pero además de la reforma laboral, en este 1º de mayo los líderes sindicales recordaron que se cumple el décimo aniversario de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), una buena ley que, según denunciaron, es incumplida sistemáticamente por los empresarios. También subrayaron el 25 aniversario de la primera muerte por el aceite de colza y reivindicaron justicia para todos los afectos.
Tampoco olvidaron mencionar el 75 aniversario de la II República, ante el cual Fidalgo quiso destacar que los «golpistas» no lograron acabar con sus ideales, que siguen tan vivos como el movimiento sindical.
Pero quizá el mayor clamor de este 1º de mayo haya estado en las continuas referencias a la paz que hicieron los dirigentes sindicales. Ambos se mostraron esperanzados en las expectativas que se han abierto con el anuncio de alto el fuego de ETA, pero pidieron que no se olvide a las víctimas.
«Queremos que se abra camino al fin del terrorismo sin más concesiones de las necesarias y sin alterar la legalidad», afirmó Fidalgo, que añadió ver «con mucha esperanza» el que ETA haya sido «vencida».
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