En Suiza viven más de millón y medio de extranjeras y extranjeros. Su estancia en el país es regulada desde 1931 por la 'Ley Federal de Residencia y Establecimiento de Extranjeros'. De acuerdo al Gobierno Federal, en la actual política exterior suiza ya no resulta adecuada esta legislación.
Las autoridades argumentan que la nueva Ley de Extranjería terminaría con los complicados procesos para expedir los permisos de residencia, que ocasionan grandes esfuerzos burocráticos por parte de la Confederación, los cantones y las comunas. Diversos comités en contra de esta propuesta de ley reunieron las firmas suficientes para realizar un referéndum en su contra. La votación es el 24 de septiembre.
La mayor parte del nuevo texto legislativo debe regular el acceso de personas provenientes de países que no pertenezcan ni a la Unión Europea (UE) ni a la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC).
Conforme a esta nueva ley, sólo deberán ser aceptadas personas altamente calificadas, especialistas o responsables empresariales de esos países extraeuropeos, ya que poseer una profesión bien calificada facilitaría la integración a largo plazo de los extranjeros.
Además, la legislación establece que el número anual de permisos de trabajo para extranjeros debe ser limitado. Por otra parte, el patrón debe demostrar que no puede encontrar ninguna persona de Suiza, de la UE o de la AELC para ocupar el puesto.
Asimismo, la ley establece procedimientos más sencillos para los extranjeros que ya trabajan en Suiza. De esta manera podrán cambiar de profesión o de lugar de trabajo sin necesidad de cambiar su permiso. También tendrán la libertad de mudarse hacia otro cantón en el caso de haber encontrado un empleo allí.
La posibilidad de que el trabajador pueda traer a su familia a Suiza será mayor en algunos sectores laborales. Finalmente, los nuevos instrumentos jurídicos deben permitir que las autoridades tengan las bases para poder actuar en contra de abusos. Con ello se busca evitar los matrimonios de apariencia e intensificar los castigos, especialmente para aquellos que delinquen trayendo fuerza de trabajo de manera ilegal.
A favor y en contra
"La Ley de Extranjería es una complementación obligada y útil para el acuerdo de la libre circulación de personas", subrayó Philipp Müller. El Diputado del Partido Radical (PRD) es uno de los autores de la nueva legislación, ya que brindó asesoramiento en las 50 propuestas.
En tanto, el Diputado ginebrino Heli Leuenberger, Vicepresidente del Partido de Los Verdes encabeza el frente contra esa legislación. "Esta ley produce extranjeros de primera y segunda clase", explica. "Se trata, en realidad, de una Ley de Extranjería para ciudadanos que no pertenecen a la Unión Europea."
El legislador del PRD replica: "No existe ninguna sociedad de segunda clase para la gente que vive en Suiza. No obstante, se presentan obstáculos en la política laboral y de integración que son mayores para los inmigrantes de terceros países."
Müller está convencido de que en la nueva legislación hay claras mejoras en comparación con la práctica actual. Para Leuenberger también está claro que algunos aspectos deben cambiar en torno a la legislación, "pero no así", recalca. "Es obvio que las 700.000 personas que no pertenecen a ningún país de la UE, pero que aquí viven y trabajan, serán discriminadas."
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