Un grupo de inmigrantes indignados por las inspecciones policiales fronterizas atacó la semana pasada varios cuarteles de la Policía y prendió fuego a algunos vehículos en el sureste de China, lo que obligó a utilizar a la Policía antidisturbios para dispersarlos, según informaron fuentes oficiales.
Al menos una persona ha sido detenida a causa de los enfrentamientos, que comenzaron en la ciudad de Foshan, justo en la frontera con Hong Kong, según el oficial 'Diario de Foshan'.
"De momento se está investigando, por lo que no habrá más comentarios de momento", declaró un responsable del distrito de Chancheng, en Foshan.
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