O, lo que es lo mismo: el nivel de renta a partir del que “se considera que una persona está en la pobreza relativa”.
Es el caso de Madrid, Cataluña, Navarra, País Vasco, Cantabria, Asturias, Aragón y Baleares, donde se cobra menos de lo que se necesita para vivir. Así se obtiene al cruzar el importe del salario mínimo –idéntico en toda España– con el umbral de pobreza en cada región, una tasa que calcula el Instituto Nacional de Estadística (INE)
Todas estas cifras se refieren al año 2004, el último dato del que dispone este organismo. Desde aquel ejercicio hasta 2006, el SMI se ha incrementado un 14%, hasta los 540,9 euros actuales, ya que el PSOE –que llegó en 2004 al Gobierno– hizo de la subida del salario mínimo una de sus banderas.
No obstante, en el mismo periodo, la renta media por habitante –y con ella el umbral de pobreza– se ha incrementado a un ritmo del 19%, según los datos del INE y las previsiones para este ejercicio de la Comisión Europea.
Frente al pelotón de autonomías donde un perceptor del SMI es poco afortunado, quedan el resto de comunidades. En algunas, cobrar el salario mínimo es muy superior a lo que se considera una persona con pobreza relativa, como Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia y Murcia. Y en otras, ambas cifras van de la mano: es el caso de La Rioja.
Esta situación se explica por las diferencias en el nivel de vida entre comunidades autónomas. Es decir, aquellas donde el SMI es inferior al nivel de pobreza son las más ricas de España.
La vivienda, por ejemplo, da muestra de esta situación: un metro cuadrado construido de vivienda libre cuesta en Madrid –según datos aportados por el Ministerio de Vivienda– 2.902,4 euros, cuando en esta comunidad el umbral de la pobreza se sitúa en los 7.627 euros anuales.
En Extremadura, el precio de los pisos ronda los 949 euros por metro cuadrado; mientras no tiene para vivir, según el INE, quien recibe menos de 4.475,4 euros.
También la renta per cápita refleja esta situación: el PIB por habitante en Madrid asciende a 9.111 euros; en Extremadura, a 5.653 euros.
No existen datos desglosados de los perceptores de SMI por comunidades autónomas. Sólo se computa que aumentan a un ritmo medio anual de 600.000 trabajadores, hasta alcanzar los casi cinco millones actuales.
El salario mínimo cobra mucha importancia en el mercado laboral español porque supone una referencia para los empresarios. Suele ser el salario que reciben, además, las personas que entran en el mercado, normalmente con menos recursos –las que están en el umbral de pobreza relativa–.
Tasa de pobreza
El INE también ofrece datos sobre el número de personas que ganan menos de lo que necesitan para vivir. Esas cifras muestran, en concreto, que en España el 20% de la población está por debajo del umbral de pobreza relativa. La autonomía peor situada es Castilla y León, con un 20,9%, seguida de Canarias, con un 20,3% y Andalucía, que ostenta un 19,8%.
En el otro lado de la balanza quedan Cantabria (13,9%); Madrid (15,2%) y Asturias (16,3%). Estas tasas no tienen por qué coincidir con el umbral de ingresos insuficientes, ya que sólo determinan el riesgo de pobreza de cada comunidad autónoma.
España no pisa los ‘talones’ a Francia
Las comparaciones son odiosas. Y en el caso del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) entre España y Francia, imposibles. El pasado mes de junio, el Gobierno francés anunció un incremento del 3,05% de su SMI, con lo que ahora se sitúa ya en los 1.254,28 euros.
Sin embargo a pesar del empujón de los salarios en España, no ha conseguido abandonar el furgón de cola de la UE. En julio de 2005, el Gobierno elevó el SMI un 6,6% adicional –desde los 460 euros a los 490 euros–, sobre el aumento del 2% realizado por el anterior gobierno del PP, en 2004.
En 2005, el Ejecutivo aprobó el incremento del 5,4% en la cuantía, para que alcanzara los 7.572,6 euros anuales (540,9 euros al mes). Sin embargo, los empleados españoles sólo pueden soñar, de aquí hasta que acabe la legislatura, con aumentar su sueldo mensual en 60 euros.
Aun cuando el SMI en España alcance los 600 euros mensuales –compromiso electoral que adquirió Zapatero en 2004–, estaría aún a años luz de su vecinos galos, cuyo SMI representaría más de dos veces el español. Un 110% más.
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