Quince inmigrantes, de un grupo de cuarenta que protagonizaron anteanoche un asalto masivo al perímetro fronterizo de Melilla que separa Marruecos de España, quedaron atrapados en los cables de la sirga tridimensional ubicada entre la primera y la segunda valla, siendo devueltos todos ellos al Reino alauí, informaron a Europa Press fuentes de la Guardia Civil. Otros cinco saltaron de la primera a la segunda valla, con dos metros y medio de distancia, y quedaron atrapados y heridos en esta última, siendo rescatados por agentes del Instituto Armado y atendidos médicamente en territorio español. La sirga tridimensional es un sistema de cables de acero trenzados cuyo diseño dificulta el avance entre ellos y hace más fácil retroceder. Fue una de las medidas que tomó el Gobierno después de los asaltos masivos a las vallas de Ceuta y Melilla, de hace ahora un año, con el objeto de reducir sensiblemente el riesgo físico para los inmigrantes que decidieran saltar la valla. El fin de los trabajos de instalación de la sirga tridimensional en los diez kilómetros que mide la frontera de Melilla estaba previsto para finales del mes de septiembre, pero en la zona donde se ha producido el asalto, conocida como la Vaguada Linares, aún no están instalados algunos de los elementos que incorpora y que sirven para disuadir a los inmigrantes, como los chorros de agua con pimienta, que resultan inofensivos para las personas pero retrasan aún más el salto. Tampoco se ha eliminado aún de ese tramo la concertina de la segunda valla. ATRAPADOS EN LA SIRGA. Aún así, en el mencionado salto, la sirga sirvió para que los inmigrantes no pudieran seguir avanzando. Los cinco heridos decidieron saltar de la primera a la segunda valla, por encima de la sirga. El sistema sumará 1.200 kilómetros de cable con un grosor que variará desde los 3 a los 12 milímetros.
El delegado del Gobierno en Melilla, José Fernández Chacón, manifestó que ordenó que rescataran "por razones humanitarias" a cinco inmigrantes que quedaron enganchados en la concertina que coronan las vallas de Melilla. Los inmigrantes se ayudaron de cuerdas para realizar la acrobacia con lo que quedaron atrapados en lo más alto de la tercera valla, en la concertina de cuchillas cortantes que siguen aún en lo más alto de la alambrada.
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