El sospechoso afirma que sufragó los gastos y sueldos de trabajadores 'ocasionales', pero la empresa lo niega
«El descuadre debe de venir de dinero con el que pagaron gastos, dietas y salarios de los trabajadores. También hay recibos cobrados con firmas que no son las mías». así justificó ayer un ex empleado del empresario hotelero Fernando Ferré las acusaciones de apropiación indebida que motivaron que ayer tuviera que sentarse en el banquillo ante la Audiencia Provincial. El acusado se enfrenta a seis años de cárcel como supuesto responsable de un «agujero» en la compañía «Valentín Cusco SL», integrado en el «Grupo de Empresas Playa Sol», estimado en 48.443 euros.
El empresario Fernando Ferré, sin embargo, negó ayer ante este tribunal que su empresa hubiera destinado este dinero a pagar a posibles trabajadores ilegales y afirmó que su grupo de empresas tiene sus propios operarios contratados de cuyos emolumentos se ocupa la oficina central de la sociedad.
«Nunca he tenido trabajadores sin contrato laboral. Nadie tiene dietas. Este señor sólo era un cobrador y un vendedor de apartamentos. Nunca se ocupó de las reformas», señaló Ferré, sobre quien precisamente se siguen diligencias en el juzgado de Instrucción número 4 de Eivissa por la redada realizada en febrero por la policía en dos de sus hoteles de Cala de Bou. Dicha redada se saldó con la detención de una treintena de inmigrantes ilegales y con el posterior arresto del empresario, investigado ahora para aclarar si pudo cometer un delito contra el derecho de los trabajadores. En esta misma investigación figuró como imputado F.R.C., quien compareció ayer ante la Audiencia Provincial como testigo. Éste indicó que recibió órdenes de Ferrer de comprobar por qué no se estaban cobrando apartamentos que supuestamente estaban ocupados. El acusado, sin embargo, al que correspondía el cobro de alquileres en los apartamentos correspondientes a las urbanizaciones Los Pinos, Pimar, Corona Playa y dos pisos de ses Figueretes, manifestó que emprendió reformas autorizadas en las casas para revalorizarlas. «Ferré me preguntó cómo podía lavar la imagen de su apartamentos, vivienda en mal estado, donde la gente se hacinaba. Había hasta ratas podridas detrás de las paredes y no había control claro sobre quién pagaba y quién no. Era horrible. Eso no se podía gestionar.Por eso le dije que había que invertir en reformas», destacó el acusado. «Soy inocente. Todo lo que he cobrado le he dado a la empresa. Realizaba pagos a los trabajadores pero ellos no lo han adjuntado», dijo en su alegato final.
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