El presidente del comité de empresa europeo de Volkswagen, Bernd Osterloh, ha exigido a la dirección del grupo alemán la aplicación de un plan industrial a medio plazo que promueva la producción de vehículos de la empresa en Europa y garantice el futuro de las plantas de producción de la compañía en el Viejo Continente, según fuentes de CC.OO. consultadas por Europa Press.
Osterloh realizó estas declaraciones en la reunión que mantuvieron ayer en Bruselas representantes de la Federación Europea de Metalúrgicos (FEM) para analizar la situación de la planta de Volkswagen en Forest, cerca de Bruselas, donde el grupo dejará de producir el modelo Golf, lo que puede suponer la supresión de hasta 4.000 empleos.
El máximo responsable del comité europeo de Volkswagen indicó que los trabajadores de la empresa en Alemania han rechazado cualquier propuesta para aumentar sus horas de trabajo, como consecuencia del traslado de la producción del Golf desde Bruselas a dos factorías alemanas.
En la reunión de la FEM, a la que asistieron representantes de Bélgica, Alemania, España, Polonia, Portugal, República Checa, Eslovaquia y Reino Unido, los sindicatos rechazaron unánimemente el recorte de empleos en Bruselas, por considerar que la planta no será viable en el futuro con un solo modelo y con una tercera parte de su plantilla actual. Asimismo, expresaron su rechazo al cierre de cualquier factoría en Europa.
La FEM instó a la dirección de Volkswagen a aplicar un plan industrial que garantice el futuro de la planta belga, y exigió a la compañía medidas adecuadas para los trabajadores afectados por la reestructuración. Los sindicatos tienen previsto realizar un informe independiente sobre la situación del consorcio y sus plantas, para presentar una alternativa a la empresa.
Los sindicatos expresaron su solidaridad con los trabajadores de la fábrica de Bruselas y de las empresas auxiliares, y confirmaron la convocatoria de una manifestación para el próximo 2 de diciembre contra la destrucción de empleo. Por último, acordaron llevar a cabo una acción en toda Europa si fuera necesario, en solidaridad con los empleados belgas afectados por la reestructuración.
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