Durante los últimos meses, han sido reiterados los mensajes lanzados al Gobierno central de Rodríguez Zapatero desde el Ejecutivo de La Rioja y el Ayuntamiento de Logroño para poner freno a la inmigración, en una región que se siente «desbordada» y que ve peligrar la atención en sus servicios públicos.
El debate reside en si La Rioja puede asumir o no más inmigrantes y si su llegada es necesaria para el futuro desarrollo económico de la Comunidad autónoma. La primera cuestión está clara para los representantes autonómicos: La Rioja se encuentra «al límite» de su capacidad de acogida, lo que se hace aún más difícil sin financiación. La segunda, divide al empresariado riojano.
Según el último barómetro empresarial dado a conocer por la Federación de Empresarios de La Rioja, el 50 por ciento de los empresarios riojanos cree que deben mantenerse las entradas normalizadas de inmigrantes para el futuro desarrollo regional, mientras que el 45,83 por ciento del sector considera que deben disminuir, frente a sólo un 4,17 por ciento que opina que deberían incrementarse.
Impacto en la economía
La encuesta se ha realizado a partir de las respuestas de 125 empresas de los sectores comercio, industria y servicios, a unas preguntas que pretendían valorar el impacto que ha tenido la presencia de la inmigración en la economía riojana.
En conjunto y ante la actual situación, los empresarios opinan que la llegada de extranjeros ha sido positiva para La Rioja, «ya que la mano de obra inmigrante ha favorecido la competitividad de la empresa riojana». La mitad de ellos señala que durante los últimos años ha existido escasez de mano de obra, y que gracias a los inmigrantes las empresas han podido continuar con su actividad empresarial.
Un 25 por ciento cree que la inmigración ha contribuido a la competitividad de la empresa riojana, «siempre que se haya tratado de trabajadores con formación y cualificación».
Si bien hasta ahora las demandas laborales eran de personal sin cualificar, lo que empieza a urgir es más personal técnico. «Las bolsas de trabajo en los colegios profesionales son cada vez más escasas y empiezan a necesitarse topógrafos, arquitectos técnicos, ingenieros, químicos o biólogos», ha afirmado el presidente de la patronal riojana, Julián Doménech.
Los empresarios piensan que la integración laboral «permite una adecuada integración social del inmigrante» y, por ello, de forma mayoritaria plantean que las entradas de inmigrantes en La Rioja deben ir asociadas fundamentalmente a necesidades del mercado de trabajo, aunque el sector servicios se decanta en un 55 por ciento por razones de índole social, como las humanitarias o la reagrupación familiar.
Una gran parte de los encuestados (69,5 por ciento) también piensa que la sociedad riojana «todavía no está preparada suficientemente» para la integración de los inmigrantes.
Barreras por superar
A juicio de los empresarios, «quedan muchas barreras por superar», y sólo «con el tiempo y el apoyo de las Administraciones públicas, se logrará la plena integración social», pese a que el 70 por ciento de los encuestados considera que, de momento, las Administraciones «no están realizando el esfuerzo suficiente» para lograr esa integración social y laboral.
También piensan en su mayoría (95,5 por ciento) que la legislación laboral y de extranjería actual «no regula eficazmente la entrada de inmigrantes por exigencias del mercado de trabajo» y defienden que la política de inmigración «debe planificarse por la Unión Europea» al ser más un «fenómeno global», que regional o nacional.
En cuanto a los motivos que han originado la llegada de inmigrantes, el 66,67 por ciento del empresariado riojano estima que la razón principal es el nivel de pobreza de muchos países, frente al 33,33 por ciento, para quien la causa son los procesos de regularización realizados.
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