El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, afirmó ayer en Las Palmas que en el plazo de dos meses un total de 500 menores inmigrantes no acompañados que se encuentran en Canarias serán trasladados a la Península ante la saturación existente en los centros de acogida de las islas, aunque advirtió de la necesidad de contar, para ello, con la autorización de las comunidades autónomas, competentes en esta materia.
Así respondió Caldera a las palabras del presidente del Ejecutivo canario, Adán Martín, quien se quejó de que el ministro prometiera dicho traslado en septiembre y, meses después, no haya cumplido con su compromiso, lo que el Gobierno canario tachó de 'fracaso estatal'.
A este respecto, el titular de Trabajo consideró 'erróneo' hablar de 'fracaso' del Gobierno en la gestión de la inmigración ilegal, cuando, defendió, el Ejecutivo 'ha avanzado mucho en esta materia' tras la III Conferencia de Presidentes, como así lo demuestra, según destacó, que las comunidades puedan estar representadas en la nueva Agencia de Inmigración, con el objeto de delimitar las contrataciones en origen.
Para el ministro, otro de los datos relevantes es el mantenimiento frente a las costas africanas del dispositivo de Frontex. 'No habrá una caída de los medios que se han puesto a disposición de los controles de estos flujos', señaló el ministro, quien insistió en que el fenómeno de las pateras 'es una parte de la inmigración'.
En este sentido, afirmó que en 2006 llegaron 'muchos menos inmigrantes'. 'Hemos comprobado como los flujos de inmigrantes se están deteniendo de forma drástica, como ya no hay ciudadanos europeos en situación ilegal en España, y como la inmigración irregulares proveniente de Hispanoamérica ha caído mucho por el establecimiento de visados', agregó.
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