Los cinco países del Magreb tendrán que crear "40 millones de empleos en los próximos 15 años y elevar sus tasas de crecimiento del 5% al 6% o 7% anual", según explicó Jelil Lajimi, secretario de Estado de Cooperación Internacional e Inversiones Exteriores de Túnez, si quieren estabilizar sus economías. Lajimi avanzó esta cifra en la cuarta edición del Foro de Desarrollo de Negocios en el Norte de África que concluyó el jueves pasado en Barcelona.
El representante tunecino recordó que, mientras Polonia y Hungría han recibido fondos estructurales por valor de 50.000 millones y 25.000 millones de euros, respectivamente, para adaptar sus economías a la UE, los cinco países del Magreb deberán repartirse 11.800 millones entre este año y el 2013. Jelil Lajimi enfrió con ello cualquier tipo de euforia: "Once años después (de la declaración de Barcelona para impulsar las relaciones entre la Unión Europea y el Magreb), el balance es moderado, las realizaciones no cubren las expectativas".
El desfase entre las imperiosas necesidades de desarrollo del Magreb y las escasas ayudas anunciadas por laUEes parecido al que separa los deseos de las realidades, aunque a lo largo del foro los cantos a la integración económica y comercial entre ambas orillas del Mediterráneo apenas chocaron con las duras realidades de la emigración y de su principal motor: una diferencia de uno a quince entre la renta per cápita española y, por ejemplo, la de más de la mitad de los 30 millones de marroquíes (1.400 dólares anuales; 1.080 euros al cambio).
En la Llotja de Mar, sede de la Cambra de Comerç de Barcelona, el presidente de la Generalitat, José Montilla, se dirigió a unos 200 empresarios, responsables políticos y economistas de países del Mediterráneo para subrayar el atractivo de un mercado de 80 millones de consumidores formado por Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Mauritania, con unas "ventajas comparativas" y una proximidad a la Unión Europea que les permite "competir con China e India". Antes de la intervención presidencial y de la cena que le sucedió, Miquel Valls, presidente de la Cambra de Comerç, resumió los ejes del foro, con énfasis en reforzar la integración Sur-Sur – eliminando obstáculos al comercio que a menudo son mayores que los que mantienen individualmente con los países del Norte- y crear un Banco de Desarrollo con capital del Norte para invertir en el Sur y abierto al sector privado.
Las sesiones del foro principiaron el jueves con entusiasmo. El ministro de Asuntos Económicos marroquí y alcalde de Tetuán, Rachid Talbi el Alami, aseguró que los tratados de librecomercio con la UE sitúan a los cinco países en una "posición inmejorable para convertirse en los tigres del Magreb". Con mayor lucidez, antes de terminar, puso el dedo en la llaga que lastra las perspectivas de futuro de la región: "Hay dos fronteras cerradas en el mundo; entre las dos Coreas y entre Marruecos y Argelia".
MANUEL ESTAPÉ TOUS
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