Se dio la circunstancia de que Cuevas, a punto de cumplir 72 años, no presidió la votación de la reforma de los estatutos porque estaba ingresado recuperándose de un intervención coronaria.
«Merecida jubilación»
La salida de José María Cuevas fue lamentada ayer por sus 'compañeros' de negociación en el Gobierno (el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, y el secretario general de Empleo, Antonio González) y en el sindicato UGT (el secretario general, Cándido Méndez).
Granado manifestó su»enorme reconocimiento» a Cuevas, del que dijo que «la vida económica de España no se entendería sin la CEOE y la CEOE no se entendería sin José María Cuevas» y del que espera poder seguir contando con su «experiencia y sabio consejo».
Para Antonio González, Cuevas se ha ganado una «merecida jubilación», ya durante los años que ha presidido la CEOE ha dirigido el proceso de consolidación de la Confederación y de las relaciones laborales del país, y ha contribuido al crecimiento del país.
Cándido Méndez también lamentó su marcha, puesto que ha sabido «conciliar los intereses de las empresas de nuestro país con la búsqueda del entendimiento con las organizaciones sindicales». Por ello, estimó que es de «justicia» reconocer su aportación al diálogo social, desde su instauración con la democracia.
También destacó su «indispensable» aportación a la consolidación del diálogo social el secretario de Comunicación de CC. OO., Fernando Lezcano, quien reconoció que su marcha «ya planeaba en el horizonte».
La única voz crítica que se escuchó fue la del portavoz de Economía y Hacienda de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Sánchez Llibre, quien, a pesar de valorar el papel de Cuevas, consideró que su última etapa ha sido «muy desafortunada» y se imponía «un cambio».
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