Los suizos rechazaron ayer en referéndum, por algo más del 70 por ciento de los votos, la creación de un sistema de seguridad social nacional, tal como proponían los partidos de izquierda, y se decantaron por mantener la situación actual de seguros médicos particulares.
Los votantes rechazaron la propuesta en 24 de los 26 cantones helvéticos, incluidos los francófonos y el italófono del Ticino, en los que inicialmente la propuesta había contado con su respaldo, y sólo fue apoyada por los de Jura y Neuchatel, según los resultados preliminares.
Es la segunda ocasión en cuatro años, en que los suizos se muestran a favor de mantener su sistema de sanidad privado, pues ya en 2003 y también en votación popular rechazaron una propuesta similar.
En Berna, la capital suiza, la presidenta de la iniciativa a favor de este referéndum, la parlamentaria del partido de los Verdes, Therese Frosch, dijo que había esperado un mayor respaldo popular y responsabilizó del fracaso a los ataques masivos de los oponentes y por motivos de inseguridad respecto a los seguros, según indicó la agencia ATS.
Los Verdes, en un comunicado, señalaron que la victoria del no, 'no puede eludir la creciente insatisfacción de la población frente a las deficiencias del sistema de sanidad y de la organización de los seguros de enfermedad'.
Poco después de conocerse los resultados, la patronal helvética, Economiesuisse, emitió un comunicado de prensa en el que se felicitaban por la decisión popular.
'La economía (suiza) se alegra de este doble mensaje que han transmitido los ciudadanos: que desean preservar y desarrollar la competencia en sanidad y que se oponen al aumento de los impuestos', destacó la patronal.
Asimismo señaló que de haber obtenido el respaldo popular, el seguro sanitario básico hubiera resultado perjudicado y que la presión fiscal hubiera aumentado, 'lo que sería un verdadero naufragio para las clases medias'.
La iniciativa rechazada había sido avalada por los partidos de izquierda, pero rechazada por el mismo Gobierno federal, y en especial por su ministro de Sanidad, Pascal Couchepin, que hizo campaña a favor del no.
El incremento continuo de las polizas del seguro obligatorio en Suiza, que han subido el 81 por ciento desde que el sistema actual se instituyó hace once años, fue el principal argumento para el lanzamiento de la iniciativa en diciembre de 2004, que entonces contó con el apoyo de más de 110.000 firmas de helvéticos.
Sus defensores consideraban que una gestión centralizada y estatal del sistema sanitario hubiera permitido controlar el coste de las prestaciones, así como los gastos, y favorecería una política de prevención y promoción de la salud.
En la actualidad, el sistema está compuesto por 87 compañías de seguros, entre las que se puede elegir libremente, aunque algunas sólo prestan sus servicios a nivel cantonal o regional.
La legislación suiza establece que cada persona, incluidos los recién nacidos, debe contar con un seguro médico, que cubre al individuo y no a la familia.
Para los promotores del referéndum, el sistema actual carece de transparencia y ha creado una competencia 'onerosa y ficticia', de la que las compañías se sirven para dar de lado a los asegurados 'de riesgo', como los ancianos o personas con una salud deteriorada.
Por ello, proponían volver a un sistema de seguridad social, en el que la gestión de los costes y gastos fuera transparente, y que ofreciera una mayor justicia social al fijar primas en función de los medios financieros de cada persona y no, como ocurre ahora, sin establecer diferencias según los ingresos.
Por su parte, la Unión Sindical Suiza (USS) emitió un comunicado en el que indicaba que el rechazo a la propuesta 'muestra la necesidad de reformar el sistema sanitario suizo por que no da seguridad a los ciudadanos' y la necesidad urgente de revisar las elevadas primas aseguradoras.
A favor de las reformas en el sistema sanitario suizo también se expresaron otros partidos, como el de ultraderecha Unión Democrática de Centro (UDC), y el Partido Liberal Suizo (PLS), que insistieron en la necesidad de reducir los costes de las primas.
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