La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha suscrito un convenio con el Gobierno de Uruguay para promover el trabajo decente y mejorar las condiciones laborales, así como la calidad del empleo en este país.
La expresión 'trabajo decente' -que apareció en la Conferencia Internacional del Trabajo de 1999, donde el director general de la OIT, el chileno Juan Somavía, presentó una memoria con ese título- hace referencia al trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son protegidos y cuentan con una remuneración adecuada y protección social, lo que constituye un objetivo estratégico de la OIT.
Desde entonces, la OIT ha desarrollado algunas iniciativas encaminadas a la consecución de este principio. Una de ellas fue la elaboración de un concepto de modelo de trabajo decente y la formulación de estrategias de difusión y promoción.
En uno de sus primeros documentos el Instituto Internacional de Estudios Laborales establece que el trabajo decente es resultado de la interacción de cuatro componentes básicos: principios y derechos fundamentales en el trabajo, oportunidad de empleo e ingresos, protección social y diálogo social.
El convenio firmado el pasado mes de febrero entre la Oficina Subregional de la OIT para el Cono Sur de América Latina y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de Uruguay establece una coincidencia en el objetivo de creación de empleo productivo, con alta cobertura formal, dotado de protección social y garantía para el ejercicio de los derechos fundamentales en el trabajo.
ACCIONES A DESARROLLAR
Por su parte, el Gobierno de Tabaré Vázquez, en colaboración con la OIT, ha elaborado una Agenda del Programa de Trabajo Decente en las que se establecen varias áreas de actuación. La primera es el fortalecimiento de las distintas áreas del Ministerio para elaborar leyes sobre relaciones laborales y la evaluación de los métodos vigentes de prevención y solución de conflictos colectivos.
En materia de políticas de empleo, el Programa plantea el fortalecimiento de la Dirección Nacional de Empleo para fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo de calidad. En este sentido, se impulsarán actividades dirigidas a favorecer la economía informal, promover las microempresas, impulsar la formación profesional y la reinserción laboral, prestando especial atención a los desempleados de larga duración.
Respecto a las políticas de Seguridad Social, se llevará a cabo una reorganización estructural en el área del Ministerio transformando en Unidad Ejecutora de Seguridad Social, lo que anteriormente era una unidad asesora y se promoverá un debate amplio y participativo sobre el tema.
Asimismo se impulsará la protección de los derechos fundamentales en el trabajo insistiendo en políticas dirigidas a aumentar la productividad y la competitividad de las empresas. También la Agenda recoge un programa de salud y seguridad en el trabajo, y prevé intensificar los controles en la actividad rural.
Por último, el Programa apuesta por el diálogo social para lo que pretende impulsar los Consejos de Salario -órganos que regulan salarios y condiciones de trabajo por rama de actividad-.
El objetivo de estas acciones es promover tanto la cantidad como la calidad del empleo, y hacer frente a los abusos que sufren muchos trabajadores en América Latina.
Desde la OIT se hace un llamamiento a la responsabilidad tanto de la Administración pública, como de los empresarios y trabajadores. "Si queremos un trabajo digno, equitativo, seguro y con adecuada protección social para todos, es indispensable que el movimiento sindical y los trabajadores organizados se comprometan", asegura.
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