La negociación del convenio colectivo de Michelin España para el periodo 2007-2008, que afecta a las factorías de Aranda, Valladolid y Vitoria, tiene visos de que va a ser larga y dura ya que mientras los representantes de los trabajadores abogan por reducir la jornada laboral la dirección se inclina por aumentarla argumentando que los niveles salariales son elevados y el precio unitario es el más costoso de Europa, que la jornada anual es la más baja del Viejo Continente, sobre todo en los sistemas 5×8 y 4×8, y que los niveles de capacidad de adaptación al mercado están por debajo de sus necesidades.
En la segunda reunión, celebrada el pasado martes en la factoría de Aranda, los representantes de la dirección tacharon de «irreal, ilógica, exagerada y totalmente alejada de la realidad y de la situación actual» la plataforma presentada por el comité intercentros, que plantea como principales puntos un incremento salarial del IPC más dos puntos cada uno de los dos años, 8 horas de reducción de jornada en todos los sistemas de trabajo para cada uno de los dos años y la conversión de todos los contratos en indefinidos.
Por contra, la dirección planteó en su primera oferta que el personal a cinco turnos (5×8), un sistema de rotación que incluye producir en sábados y domingos, trabaje 68 horas más al año, pasando la jornada de 1.548 a 1.616 horas anuales, así como incrementar la jornada de los sistemas 3×8 3P y 4P de 1.696 ó 1.712, respectivamente, hasta las 1.728 horas anuales.
Por otra parte, la solución por la que apuesta Michelin para aumentar el trabajo bajo el objetivo de rebajar su coste por hora, pasa por reducir la duración del descanso de bocadillo de 30 a 15 minutos, una medida que, según los sindicatos, conllevaría ampliar la jornada laboral en torno a otro medio centenar de horas anuales.
Además, en aras a una mayor flexibilidad, plantea reducir el preaviso en los sistemas variables de 30 y 15 días al máximo de siete.
La dirección propone compensar el recorte del descanso planteado con un nuevo plus e incrementar, a cambio del aumento de jornada, en una media de 25 a 30 euros mensuales el que ya paga por trabajar a tres o cinco turnos. Asimismo plantea el incremento salarial de un máximo del 2,5% sin posibilidad de establecer cláusulas de revisión en función de la evolución real del coste de la vida para garantizar ganancia de poder adquisitivo.
Para CCOO y UGT, sindicatos mayoritarios en el Comité Intercentros, a tenor de la situación económica, con buenos beneficios, una productividad y unos niveles de producción excelentes y las buenas perspectivas para este año 2007, avaladas por las inversiones anunciadas en diferentes centros, la oferta realizada es «una clara provocación a las expectativas de un acuerdo negociado».
LA CARA MÁS AGRESIVA Y REACCIONARIA
Para los sindicatos con esta oferta la empresa ha procedido a enseñar con toda su crudeza «su cara más agresiva y reaccionaria». En opinión de Bernabé Haro, de CCOO, todo apunta a que no es un planteamiento de estrategia de unos «escarceos iniciales» de negociación, sino que se tratara de una apuesta muy fuerte por parte de la empresa impuesta por la dirección a nivel europeo en línea con las políticas que se están aplicando en países como Alemania.
A juicio de Haro, la propuesta es totalmente inadmisible «porque -indicó- es un incremento de jornada laboral para la inmensa mayoría de los trabajadores y desde ese punto de vista no hay ninguna posibilidad de avanzar», advirtiendo que sería un «peligroso precedente» aceptar el alza de jornada. Entiende que si Michelin sigue manteniendo en serio esta pretensión está claro que va a ser imposible llegar a un acuerdo. Los sindicatos no estamos lógicamente por cambiar jornadas de trabajo por dinero, porque eso afecta también al empleo directamente», justificó.
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