Gina Serra, la primera transexual de España en denunciar su despido por su condición sexual, y a quien el juez acabó dando la razón, ha vuelto ya a trabajar con 'total normalidad' en el centro geriátrico de Barcelona en el que trabajaba para la empresa Euroresidencias.
En declaraciones a Efe, Gina Serra ha explicado incluso que se ha 'sorprendido' de lo bien que le han recibido sus superiores, que se han comportado con ella de una manera 'muy digna' después de que el juez de lo social número 18 de Barcelona declarase nulo su despido.
Gina Serra fue la primera transexual de España en denunciar que había sido despedida por su condición social, y el juez obligó a la empresa en la que trabajaba, Euroresidencias, propiedad de Sacyr-Vallehermoso, a readmitirla de forma inmediata en las mismas condiciones previas al despido.
Esta transexual ha explicado hoy que, a diferencia de lo que ocurría antes de su despido, ahora ya no se tiene que cambiar en el lavabo, sino que puede utilizar el vestuario de mujeres, donde le han asignado una taquilla.
Además, ha destacado que sus jefes más directos, una coordinadora y el director del centro, son nuevos, por lo que mantiene con ellos una buena relación. 'Desde el primer momento me han dicho que si tenía cualquier problema, no dudara en acudir a ellos', ha indicado.
Gina Serra se reincorporó a su puesto de trabajo el pasado jueves 5 de abril, con una jornada nocturna que va desde las 20.00 horas hasta las 08.00 de la mañana, a razón de tres o cuatro días a la semana, alternativamente.
De esta forma, tras trabajar el jueves, volvió a su puesto de trabajo el viernes, hizo fiesta el fin de semana y hoy volverá al trabajo de nuevo, en una semana en la que acudirá a la residencia el lunes, el miércoles y el sábado y el domingo.
Esta transexual ha destacado además que con las compañeras de trabajo sigue manteniendo una buena relación, como dice que la tenía antes de su despido, pese a que alguna de ellas declaró en el juicio que 'no aprendía' aunque le explicaran las cosas y que habían recibido quejas 'por lo brusca que era en el trato, al mover a los ancianos'.
El caso de esta transexual llegó incluso a la consellería de Acción Social y Ciudadanía de la Generalitat, que mostró su satisfacción por la sentencia en la que se consideraba improcedente el despido y lo puso como muestra de la 'urgencia y necesidad' de desplegar una Ley contra la homofobia para luchar contra la discriminación sexual.
Gina Serra entró a trabajar en la residencia geriátrica gestionada por Euroresidencias el 17 de enero de este año, y, según expresó en el juicio la abogada de la empresa, Ana Gárriz, 'la empresa sabía que era un transexual'.
La sentencia del juez de lo social que le dio la razón indica que Euroresidencias decidió dar por finalizado el contrato por la no superación del período de prueba el 26 de enero, nueve días después del inicio y con tan sólo siete días de trabajo efectivo, tiempo durante el cuál no se le llegó a presentar la firma del contrato de trabajo, cuando habitualmente el mismo se presentaba a los tres días.
De hecho, Serra declaró en el juicio que en los pocos días que trabajó en la residencia no recibió el mismo trato que el resto de compañeras ya que, por ejemplo, no le fue entregado un uniforme de trabajo como el de las demás empleadas y se le obligó a cambiarse de ropa en los lavabos, en vez de en los vestuarios.
Según el juzgado de lo social, la empresa demandada no acreditó que la decisión del despido se adoptara por motivos estrictamente laborales.
Por ello, la magistrada entendió que el despido estuvo 'directamente relacionado con la condición de transexual de la trabajadora, por lo que incurre en la vulneración al derecho a la igualdad y a la no discriminación por razón de sexo' que constan en la Constitución y el Estatuto de los Trabajadores.
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