Un grupo de socios, liderado por el subinspector de trabajo David Ruano Cabrero, de 59 años, ha decidido plantar cara a la actual cúpula de la Caja Rural de Segovia en la asamblea que para la renovación de la junta rectora se celebrará el próximo día 27.
Será esta la primera vez en la historia de la entidad, creada en 1955, que sus socios, unos 8.500 en la actualidad, puedan optar entre dos listas completas, en un proceso electoral que se inicia la próxima semana con la elección de los 85 compromisarios que los representarán en la asamblea.
La junta rectora de la Caja Rural de Segovia está integrada por doce representantes de los socios y uno de los trabajadores. Los primeros se renuevan cada cuatro años por mitades, seis cada dos años, correspondiendo esta vez la del presidente y los vocales impares (primero, tercero, quinto, séptimo y noveno).
La candidatura alternativa se presenta a los seis cargos (más dos suplentes), incluida la presidencia, que Ruano Cabrero disputará al funcionario de Agricultura Luis Martín Rubio, quien ocupa el cargo desde hace 26 años, quien ya ha sido respaldado por la junta rectora para presentarse de nuevo al puesto.
Precisamente, una de las razones que anima a presentarse a estos socios es la de poner fin a la 'rutina' instalada desde hace años en la entidad y que, a su juicio, ha conducido a una constante pérdida de peso en el sector financiero provincial y regional.
De hecho, Caja Rural de Segovia es la que peores resultados obtuvo el año pasado de todas las de carácter provincial de la región e incluso, en términos relativos, palidecen frente a los logrados por la Caja Rural de Fuentepelayo (Caja Cega) que opera en un ámbito territorial muy reducido de la provincia.
La entidad que preside Martín Rubio logró en el 2006 unos resultados después de impuestos de 778.000 euros, lo que supuso un incremento de apenas el 7,60 por ciento respecto del año anterior, el más bajo de la región. La siguiente con un crecimiento menor fue la de Zamora, que lo hizo en un 13,83 por ciento, pero sus beneficios se elevaron a 9,2 millones, trece veces más que la de Segovia.
La que más creció fue la Caja Rural de Soria, que incrementó sus resultados en el 107,5 por ciento, obteniendo 5,8 millones de euros de beneficio. La de Fuentepelayo, la más pequeña de todas, obtuvo 156.000 euros con un crecimiento del 54,45 por ciento respecto del año anterior, que multiplica por ocho a los de la 'hermana mayor' de la provincia.
Ante este 'desolador' panorama, la candidatura que lidera Ruano Cabrero quiere introducir una renovación en las formas y modos de operar de la entidad, tanto a nivel externo como interno, para dotarla de una 'agilidad y dinamismo' de la que ahora carece y conseguir así que adquiera un mayor 'peso específico' en la provincia, según el programa que presentarán en las reuniones de socios para la elección de compromisarios.
Los aspirantes a tomar las riendas de la Caja Rural de Segovia consideran que la entidad debe incrementar sus relaciones con los organismos oficiales y socioeconómicos de la provincia; abrirse a negocios con sectores no tradicionales de la entidad, pero 'mimando' al agrícola y ganadero; iniciar una expansión y una penetración más fuerte en el mercado, y financiar promociones de viviendas a través de cooperativas, preferentemente de sus socios y familiares directos.
También prometen ampliar la base de cooperativistas y la del capital social con cargo a reservas voluntarias; mejorar la actividad de la entidad y con ello la rentabilidad de los fondos propios de los socios; cambiar la imagen de las oficinas y aumentar su horario de apertura al público -algunas apenas lo hacen unas horas a la semana-, así como adoptar medidas para incrementar la motivación de los empleados, 'para que se sientan reconocidos en su trabajo, en su salario, en su promoción interna, en su negociación y representación y en su permanente formación'.
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