La escritora Espido Freire afirmó ayer que las mujeres inmigrantes padecen una doble discriminación por 'ser de fuera y ser pobres', al tiempo que destacó que la desconfianza de la sociedad hacia ellas 'no viene porque puedan provocar violencia, disturbios o conflictos sociales, como ocurre con los varones'.
'La percepción de la mujer por la sociedad tiene que ver con la misoginia y la desconfianza. Si esto ocurre con la mujer española, nacida y asumida como igual, qué no pasará con las mujeres inmigrantes', sostuvo Freire.
Añadió que 'el mayor desprecio' que se puede hacer a las inmigrantes es 'considerar que no son válidas, que son más sucias, más ignorantes y que no están a la misma altura', y resaltó que estas mujeres están ocupando unos trabajos que no les permiten 'ser demasiado visibles ni obtener demasiado prestigio' en la sociedad.
La escritora vasca, ganadora del premio Planeta en 1999 por su novela 'Melocotones helados', ofreció una rueda en Alicante, antes de clausurar el tercer Seminario Internacional sobre Migraciones organizado por Caja Mediterráneo y la Universidad de Alicante bajo el título 'La migración vista por las mujeres. Salud, empleo y familia'.
En su opinión, gran parte del proceso de integración de los inmigrantes debe partir de 'romper con los tópicos y eliminar el desconocimiento'.
A este respecto, criticó que la sociedad española tiene 'una memoria muy corta' y ha olvidado que éste era un país 'pobre y de emigrantes' en el que 'emigrar era un orgullo porque suponía un alivio para las familias y demostraba una iniciativa que se presumía que terminaría en triunfo'.
'Ahora hemos pasado rápidamente a considerarnos un país rico y receptor de inmigración. Hemos olvidado el pasado porque nos hemos incorporado a Europa y al ser europeos nos hemos convertido en una categoría distinta', explicó la autora.
Freire destacó que la mayoría de inmigrantes que llegan a España están 'bajamente cualificados', con lo que solo pueden aspirar a puestos de trabajo de 'menor consideración económica', y precisó que esta situación está más relacionada con la pobreza que con el fenómeno de los 'mileuristas'.
El 'mileurismo' es el tema del último libro de Freire, que explica cómo la generación nacida en los años 70 y caracterizada por 'hablar más de un idioma, haber estudiado cursos de posgrado, ser solidaria y haber retrasado la maternidad y el matrimonio', no ve cumplidas sus expectativas debido a los cambios sociales y generacionales y cobran sueldos de alrededor de los 1.000 euros.
Preguntada sobre la solución a esta cuestión, la escritora abogó por buscar 'soluciones propias' y hallar un equilibrio entre la generación de los 'baby-boomers', que es 'invasiva, ambiciosa y consciente de sí misma', y la de los mileuristas, que es 'pasiva, quejica, homogénea y obediente'.
En este sentido, apuntó que los 'adolescentes contemporáneos' que rozan ahora los veinte años se encontrarán con una situación 'más privilegiada' en algunos aspectos, ya que 'son menos y sus valores son distintos, pues no tienen tan marcado el valor de la educación y la formación, sino el del carisma y la iniciativa personal'.
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