El presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, ha remitido un memorando a todos sus subordinados para prohibirles que apuesten sobre si va a dimitir de su cargo o no, tras haberse enterado de que hay muchos trabajadores de esta institución internacional que se están jugando dinero sobre el futuro laboral de su jefe en una casa de apuestas por internet. Su continuidad está en el alero después de descubrirse que influyó para que esta entidad subiera el sueldo a su novia.
En el texto, reproducido íntegramente en el último número de la edición digital de la revista norteamericana Foreign policy, Wolfowitz lanza a sus empleados una "seria advertencia" y les recuerda que durante su paso por la secretaría de Estado de Defensa de los Estados Unidos, a las órdenes de Donald Rumsfeld, aprendió la importancia de "llevar adelante un plan sin vacilación".
Tono sarcástico
"Os estoy haciendo una seria advertencia. He sabido que muchos de vosotros estáis navegando por internet en Tradesports.com, donde hay un activo mercado en apuestas sobre mi dimisión en el 2007", señala el presidente del Banco Mundial.
Wolfowitz añade, con un deje de sarcasmo, que no puede consentir tal conducta porque "cualquier iniciativa de la plantilla del Banco Mundial para comprar o vender este tipo de contratos", en alusión al contrato de apuestas "será considerada como uso de información privilegiada", algo que, ha recordado, supone "un claro incumplimiento de las directrices anticorrupción".
"Vuestro conocimiento de los procedimientos relacionados con el personal del Banco Mundial os da una ventaja informativa a la hora de predecir si me veré obligado a dimitir. No debeis abusar de eso", añade. "Por favor –comenta Wolfowitz–, tened en cuenta que la prohibición sobre información privilegiada se aplica, no solo a la familia próxima, sino también a otros, como por ejemplo las novias".
"Sincera petición de excusas"
En un tono más serio, afirma que confía en que, a estas alturas, "la mayoría" de los empleados hayan aceptado su "sincera petición de excusas por la inusual paga y promoción laboral" concedida hace dos años a "la señorita Shaha Riza", la novia del propio Wolfowitz. "He reconocido mis errores (en mi actual trabajo, quiero decir)", agrega irónicamente.
A quienes se preguntan cómo es que todavía no ha dimitido, Wolfowitz les aclara algunos "hechos de la vida real", como que, desde la fundación del Banco Mundial tras la segunda guerra mundial, el presidente de Estados Unidos es quien elige a la persona que dirige esta institución internacional.
Los posibles candidatos a sucederle
"Así es la vida, dejad de quejaros. Nosotros los americanos puede que solo tengamos el 16% de las acciones del Banco Mundial, pero insistimos en mantener la presidencia como un derecho de nacimiento", ha dicho.
"¿Y qué si podría haber candidatos más cualificados para el mundo en desarrollo o para Asia? Estoy cansado de oír a la gente decir que el ministro de Economía de Suráfrica, Trevor Manuel, sería mucho más eficaz en este puesto que yo. Trevor es un buen tipo, pero seguir soñando. No tiene ni el pasaporte ni los amigos adecuados", ha concluido.
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