Cambiar de residencia por motivos de trabajo es algo cada vez más valorado en España por las empresas y por sus empleados
Los trabajadores españoles parecemos estar anclados a las sillas de nuestro trabajo y a nuestro país con un apego especial. Sin embargo, cada vez nos hacemos más a la idea de que nuestro futuro está más allá de nuestras fronteras y, poco a poco, nos movemos más en el ámbito del empleo.
Cuando se habla de movilidad laboral siempre se recurre a la comparación con Estados Unidos, un país donde cambiar de ciudad y estado de residencia es algo relativamente normal. Pero, ¿qué es lo que pasa en Europa? «Los países mediterráneos tienen menor tendencia a la movilidad geográfica, tanto dentro como fuera de sus fronteras», según un informe elaborado por el IESE. «Sólo el 13% de los trabajadores españoles está dispuesto a cambiar de residencia por motivos laborales frente al 27% de los europeos». ¿Cuál es la causa?
Cambio de mentalidad
Aunque en todos los países de la Unión hay una mayor disponibilidad para desplazarse por motivos laborales, «sólo un 1,5% de los trabajadores europeos está contratado en un estado miembro distinto al propio», según el informe elaborado por IESE, la consultora de Recursos Humanos CREADE y Sagardoy Abogados. El texto recoge el análisis de los diferentes aspectos que condicionan la movilidad de los trabajadores producida por el traslado o el desplazamiento a otro centro de la misma empresa, en distinta localidad y que implique un cambio de residencia.
Otro informe, del Eurobarómetro, recoge que «en España, un 47% ve beneficioso desplazarse a larga distancia de su origen para trabajar, sin embargo, en cuanto a la disposición real de los españoles, un 59% estaría dispuesto a buscar trabajo en otra región si estuviese en paro, aunque la cifra se reduce al 36% si se trata de irse a otro país». La necesidad de aunar experiencias y conocimientos en todo el mundo que tienen las empresas hace que éstas fomenten el traslado y la movilidad de sus empleados como un método más de retención de talento, pero los obstáculos a superar tienen aún demasiado peso.
«Los lazos familiares son muy fuertes en España», y son la primera causa de la baja movilidad laboral, según datos del informe IESE. «Es una decisión difícil si se tiene en cuenta que los trabajadores suelen cambiar de residencia con toda la familia», continúa el texto. «El alto precio de la vivienda y la cultura de compra también influyen porque, si un trabajador se embarca en la adquisición de una casa, es difícil que deje su lugar de residencia».
Otra tarea pendiente es el idioma. «En España los índices de internacionalización por este motivo son muy bajos. Sin embargo, se percibe un cambio de tendencia a medida que las nuevas generaciones se van incorporando al mercado laboral con mejor formación lingüística y con miras menos distantes y más interesantes».
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