El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales abrió ayer una mesa de negociación con los ex trabajadores de Sintel, filial de Telefónica, para analizar la situación en que se encuentran tras la quiebra de esa compañía en 2001.
Así lo aseguró a EFE el presidente de la Asociación para la colaboración con los ex trabajadores de Sintel, Adolfo Jiménez, quien explicó que la reunión se había mantenido en la mañana de ayer durante algo más de una hora en la sede del Ministerio de Trabajo bajo la presidencia del secretario general de Empleo, Antonio González.
Jiménez explicó que fueron convocados el jueves a las 21.00 horas, 'por sorpresa' y cuando se estaban preparando para acudir al acto de apertura de la campaña electoral del PSOE en Madrid, en el que participó la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
La Asociación había convocado a más de 400 ex trabajadores y familiares de Sintel en el acto socialista, pero finalmente no acudieron tras recibir dicha llamada.
En la reunión de ayer se acordó que se entrevistarán de nuevo el próximo jueves, indicó Jiménez.
La 'voluntad política de negociar' que les han expresado en el Ministerio de Trabajo ha hecho que los antiguos empleados de Sintel hayan decidido no acudir a los mítines que este fin de semana tiene programados el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en Valencia y Valladolid.
Sin embargo, los representantes de la Asociación advirtieron a los de Trabajo que, durante los seis años que llevan de lucha, les han 'engañado todas las instituciones'.
'Esperamos que ahora no pretendan hacer una faena de aliño para que pasen las elecciones autonómicas y municipales del 27 de mayo, porque después (en 2008) vienen las generales', advirtió Jiménez.
Sintel quebró en 2001 cinco años después de ser vendida por Telefónica a la familia cubano-americana Mas Canosa, a raíz de lo cual los trabajadores de la compañía decidieron levantar en el madrileño Paseo de la Castellana lo que se dio en llamar el 'Campamento de la Esperanza', en el que permanecieron 187 días junto con amigos y familiares.
El entonces Gobierno dirigido por el PP llegó a un acuerdo con ellos por el que Telefónica contrataría a la mayor parte de ellos (800) y se desarrollaría un plan social basado en prejubilaciones, recolocaciones en otras empresas y capitalización de las indemnizaciones.
Sin embargo, los antiguos empleados de Sintel denuncian que el 75 por ciento del acuerdo no se ha cumplido, ya que la Administración no ha favorecido las reclamaciones de los trabajadores en el proceso de quiebra y se ha posicionado a favor de Telefónica.
Aseguran, además, que sólo han cobrado la mitad de las indemnizaciones que les corresponden -reclaman a Trabajo 12 millones de euros en concepto de capitalizaciones- y que Telefónica ni les ha contratado ni les ha ofrecido cartera de trabajo.
La única posibilidad de trabajar que han tenido hasta la fecha es Sintratel, empresa que ellos crearon en 2003.
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