Las empresas nacidas en España en 2006 vaticinan que crearán menos empleo en el próximo lustro que las creadas en 2005. Es una de las conclusiones del Global Entrepreneurship Monitor, el principal informe internacional sobre emprendedores. El capítulo español lo coordina el Instituto de Empresa. El dato, basado en más de 28.000 encuestas, revela una ligera disminución del optimismo a medio plazo entre los nuevos empresarios.
"¿Cuántos puestos de trabajo esperan tener al final de los próximos cinco años?". Un total de 28.306 emprendedores contestaron a esta pregunta, incluida en el capítulo español del informe mundial Global Entrepreneurship Monitor correspondiente al año en curso. Y los resultados son llamativos. Mientras que las firmas con menos de tres meses de vida nacidas en 2005 pronosticaban que en un lustro tendrán un promedio de 6,85 empleados, las surgidas en 2006 declararon que en 2011 su media será de 5,93 trabajadores.
La caída es de un 13%, y revela, según Ignacio de la Vega, director del apartado español del estudio y profesor del Instituto de Empresa, "una cierta disminución del optimismo empresarial a medio plazo entre los nuevos emprendedores españoles, y desde el punto de vista estructural, que sigue reproduciéndose un problema endémico de nuestra economía: el escaso potencial de crecimiento y sostenibilidad de las nuevas compañías que se crean, en particular de las microempresas
[menos de 10 trabajadores], muchas de ellas abocadas a la mortandad".
La contrapartida viene dada por las empresas que ya tienen cierto recorrido (entre 3 y 42 meses de existencia) y las consolidadas (más de tres años y medio de vida). Así, las primeras vaticinan que, como promedio, sus plantillas alcanzarán una media de 8,16 empleados en 2011. En 2005, este grupo de empresas auguraba un promedio de 7,27 trabajadores a cinco años vista, lo que supone un incremento del 12%. Por su parte, las empresas consolidadas afirmaron en 2006 que en un lustro tendrán una media de 7,45 empleados. En 2005 contestaron que 6,34, lo que en este caso implica un aumento del 18% entre las respuestas de un año y otro.
De todos estos claroscuros, el informe concluye que "los resultados promedio de 2006, comparados con los de 2005, indican una evolución prudente y algo recesiva en cuanto a crecimiento medio de las plantillas de las empresas nacientes, una evolución media positiva en las nuevas
y también en las consolidadas, lo cual es una noticia alentadora".
Según Ignacio de la Vega, el Instituto de Empresa ha detectado que existe en España un porcentaje reducido de pymes que crece mucho, en torno a un 15% anual de forma sostenida. Son las denominadas gacelas. "Entre sus características comunes, que deberían servir de modelo a las restantes firmas, sobre todo a las de nueva creación, se encuentra que tienen equipos directivos de tres o más personas con elevada formación, es decir, al frente no está un único emprendedor, y un promedio de edad de menos de 43 años, lo que se traduce en más disponibilidad para asumir riesgos", manifiesta el citado profesor.
Empresas de éxito
Además, estas empresas de éxito sostenido "tienen una tendencia común a la expansión territorial, operan en mercados de elevado crecimiento y disponibilidad de capital riesgo, utilizan canales de distribución diversificados, lo que incluye la venta por internet, cuentan con tecnologías de gestión y producción avanzadas, invierten en I+D y tienden a cambiar sus gamas de producto ajustando su modelo de negocio a los cambios del mercado", indica De la Vega.
Entre las empresas ya afianzadas en España, sólo un 13,2% augura que en un lustro su plantilla habrá disminuido. Predominan las que creen que no variará el número de trabajadores (56,1%), mientras que casi un tercio (el 30,6%) está convencida de que aumentarán sus puestos de trabajo. En cambio, el Global Entrepreneurship Monitor refleja una situación muy endeble de las empresas españolas de menos de 42 meses si se compara con el contexto internacional. De los 44 países estudiados en el informe, España ocupa el puesto 36º en cuanto a potencial rápido de crecimiento de empleo, medido en relación al número de firmas que esperar generar más de 19 puestos de trabajo en cinco años. El ranking lo encabezan China y Rusia.
Otro aspecto destacado del capítulo español del Global Entrepreneurship Monitor hace referencia al incremento del número de inmigrantes entre los nuevos emprendedores, algo que, según De la Vega, viene produciéndose de forma constante desde hace un lustro. Por países de procedencia, Argentina, con un 15,6%, lidera el ranking de emprendedores por necesidad (aquellos que abren un negocio para hacer frente a su situación), seguido de Colombia (15,1%) y Venezuela (10%).
En cambio, el país que aporta a España más emprendedores por oportunidad (aquellos que crean una firma porque ven una ocasión propicia para hacer negocio) es Francia (28,5%), seguido de Alemania (19,8%) y Suiza (13,2%). De éstos y otros datos, el estudio concluye que la actividad emprendedora inmigrante se está convirtiendo en una "oportunidad clasista", dado que "el idioma, el nivel educativo, la renta y otros factores están impulsando que dicha actividad se parezca a la española, siendo menor la proporción de personas que pueden emprender cuando la barrera idiomática, étnica y económica se alza entre ellas".
Otro dato destacado del informe internacional es que, en España, la edad media del emprendedor está bajando significativamente, ya que en 2005 fue de 42 años y en 2006 pasó a ser de 37.
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