Los ministros de Industria de la Unión Europea (UE) pidieron hoy al Ejecutivo comunitario que estudie junto con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) la posibilidad de presentar una propuesta para crear un sistema común destinado a financiar la construcción de buques.
Grecia es el principal defensor de un sistema europeo en ese ámbito, iniciativa a la que Dinamarca y Suecia se oponen, mientras que España, que cuenta con un mecanismo nacional que funciona muy bien, no rechaza la idea, explicaron fuentes diplomáticas.
El texto aprobado hoy reconoce la importancia que un esquema de garantía podría tener para la competitividad de la industria naval europea e indica que el eventual sistema conviviría con los mecanismos nacionales existentes.
Los ministros adoptaron además conclusiones en otras tres áreas de política industrial: el sector automóvil, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la biotecnología.
Sobre el sector del automóvil, el Consejo respaldó 'el enfoque integrado' propuesto por la CE para la reducción de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) procedentes de los vehículos nuevos.
Bruselas propuso hace unos meses reducir esas emisiones hasta 120 gramos por kilómetro a partir del 2012, esfuerzo que se lograría con un recorte de hasta 130 gramos a cargo de la industria, mientras que los diez gramos adicionales se reducirían con el desarrollo de nuevas tecnologías en sectores asociados.
El enfoque integrado 'no sólo obliga a los fabricantes, sino también al resto de implicados, incluyendo a los conductores', subrayó en rueda de prensa Michael Glos, ministro de Industria de Alemania, país que ejerce la presidencia de turno de la UE.
Por su parte, el comisario europeo de Industria, Gunter Verheugen, precisó que Bruselas está llevando a cabo un estudio de impacto sobre los efectos económicos, sociales y medioambientales de esa propuesta e incidió en que, hasta que no se conozcan los resultados del estudio, la CE no decidirá la manera concreta de lograr los objetivos.
No obstante, el comisario apuntó que habrá que tener en cuenta la 'diversidad' de fabricantes de automóviles en la UE, situación que difiere de la de Estados Unidos, y agregó que el objetivo fundamental será evitar las pérdidas de empleo en el sector.
En el mismo punto abundó el ministro alemán, al subrayar que 'no se pueden mezclar manzanas, peras y pomelos', y confió en que 'se haga justicia con la industria automovilística sin perder de vista la situación del CO2'.
La cuestión de la diversidad enfrenta a Alemania, que fabrica coches de gran cilindrada, con Francia e Italia, cuya producción se centra en coches pequeños y que en muchos casos ya están cumpliendo los límites fijados por Bruselas, por lo que se oponen a una norma que obligue de manera diferente a unos fabricantes y otros.
Por otra parte, en el área de las TIC los ministros invitaron a la Comisión a revisar el sistema europeo de estándares aplicables a esas tecnologías para reforzar su apertura y efectividad.
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