El Senado de los Estados Unidos aprobó el miércoles una enmienda al proyecto de reforma migratoria que reduce a 200.000 el número de trabajadores extranjeros que podría entrar en el país.
El proyecto original establecía un número de 400.000 visas para trabajadores temporales y contaba con el apoyo del presidente George W. Bush.
La modificación, propuesta por el senador demócrata de Nuevo México, Jeff Bingaman, fue aprobada por 74 votos a favor y 24 en contra.
La decisión fue criticada de inmediato y el secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, señaló que altera "un componente principal" del proyecto respaldado por la Casa Blanca.
Además de las 400.000 visas anuales, el acuerdo marco establecía la posibilidad de aumentarlas a 600.000, de acuerdo con las necesidades del mercado laboral de EE.UU.
"La enmienda Bingaman eliminaría este flexibilidad, que es crucial", dijo Gutiérrez.
La reducción en el número de visas ilustra las divisiones que ha provocado el proyecto, pese a que existe un consenso mayoritario en cuanto a la necesidad de una reforma.
La Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca instó al Senado a que apruebe el proyecto bipartidista porque "ofrece una solución muy necesaria" para el "maltrecho sistema de inmigración".
Además de la enmienda Bingaman, el Senado también debate una moción del senador republicano Lindsey Graham (Carolina del Sur), que exige penas carcelarias para quienes sean detenidos al cruzar ilegalmente la frontera.
Se calcula que cada año medio millón de personas intenta cruzar ilegalmente al país.
Ayer los senadores derrotaron una enmienda del legislador Byron Dorgan (Dakota del Norte) para eliminar por completo el programa de trabajadores temporales y cuya aprobación hubiese puesto en peligro el resto del plan de reforma, según observadores.
El debate migratorio tiñe las campañas electorales de varios aspirantes a la presidencia en 2008.
Durante una rueda de prensa, la senadora demócrata Hillary Clinton (Nueva York) presentó una enmienda en torno a la reunificación familiar, que también es respaldada por su colega de Nueva Jersey, Bob Menéndez, y el republicano Chuck Hagel (Nebraska).
La enmienda solicita que las esposas e hijos menores de los residentes permanentes sean considerados como "familiares inmediatos", y por tanto queden exentos del límite de visas dentro del plan.
Así, los residentes permanentes no tendrían que esperar entre cinco y diez años para reunirse con sus familias, como sucede actualmente.
"Apoyaré una reforma migratoria integral que honre nuestros valores y a nuestra historia como nación de inmigrantes. Es injusto que aquellos que buscan una mejor vida de forma legal estén atrapados en esta pesadilla burocrática", indicó Clinton.
Mientras, el senador republicano John McCain (Arizona), uno de los favoritos para la candidatura presidencial de su partido, dijo en una conferencia telefónica desde Vermont que la reforma es una medida necesaria contra el terrorismo.
La amenaza terrorista "es un argumento fuerte para dar cuenta de los doce millones de inmigrantes indocumentados en el país, y de controlar esa situación", argumentó McCain.
Pero el ex alcalde neoyorquino Rudy Giuliani, también aspirante presidencial republicano, criticó el proyecto de ley porque, a su juicio, carece de metas claras y no logrará rastrear a los extranjeros que cruzan la frontera hacia EE.UU.
El reto del Congreso es lograr una reforma que fortalezca la seguridad fronteriza y responda a la presencia de los indocumentados que ya se encuentran en el país, todo esto sin que se desmorone el pacto alcanzado la semana pasada.
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