La agencia espacial norteamericana ha decidido expulsar de su programa al astronauta William Oefelein, que el pasado mes de febrero se convirtió en ejemplo de la inestabilidad sentimental que aqueja la azorada vida de los astronautas. Oefelein, de 42 años, es el vértice de un triángulo amoroso que enfrentó a dos mujeres por los favores del «casanova» espacial: la también cosmonauta Lisa Marie Nowak, y la capitana de las Fuerzas Aéreas Colleen Shipman.
Las intimidades de Oefelein y de sus «novias» fueron carne de titulares cuando la celosa y desequilibrada Nowak condujo desde Houston a Orlando llevando consigo todo un arsenal de armas de defensa personal: un cuchillo, una pistola de aire comprimido, un mazo de acero y un pulverizador de pimienta. La imparable obsesión de la despechada oficial se revela en que condujo los más de 1.600 kilómetros entre ambas ciudades llevando pañales de adulto, para no desviarse ni un segundo de su misión.
Una vez en el aparcamiento del aeropuerto de Orlando, y «vestida para matar» con peluca e impermeable —como la asesina del «thriller» de De Palma—, roció a su rival Shipman con el spray irritante. Por suerte, la cosa no llegó a mayores, pero el aberrante suceso reveló a la opinión pública norteamericana cómo sus «elegidos para la gloria» esconden, a menudo, miserias personales que afectan a su desempeño y que escapan al control psicológico.
Nowak fue despedida y reingresó en la Marina, a la espera de juicio en septiembre por los cargos de secuestro y asalto. Ahora, y según anunció Jim Rostohar, portavoz del centro espacial Johnson en Houston, la NASA ha resuelto prescindir también del causante del turbio «affaire». Oefelein se reincorporará a su puesto en la Marina el próximo 1 de junio.
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