colectivo de asalariados es cada vez mayor, pero el peso de sus retribuciones sobre el total de la economía se contrae año a año. El pasado ejercicio no fue una excepción: la remuneración de asalariados representó un 46,6% del producto interior bruto (PIB), cuando en el año 2000 rozaba el 50%. El Consejo Económico y Social (CES), órgano consultivo del Gobierno, destaca en su última memoria esta tendencia y advierte sobre sus efectos nocivos: "Puede contribuir a debilitar la demanda y el crecimiento económico en la medida en que se resienta el consumo privado".
El reparto de la tarta económica ha favorecido en los últimos años los beneficios empresariales en detrimento del trabajo. El CES explica por qué: la retribución del trabajo crece menos que la media de la economía, mientras que las ganancias empresariales crecen más. Esta tesis, recientemente negada por el secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, se apoya en varios datos. La remuneración por asalariado avanzó un 3,4% el año pasado, frente al 26,6% que crecieron los beneficios de las sociedades cotizadas en Bolsa.
Jorge Aragón, ponente de la memoria, atribuye el retroceso de los salarios al tipo de empleo que se está creando. "Una buena parte son de baja cualificación y los ocupan inmigrantes, jóvenes y mujeres. El problema no es de los salarios que se negocian por convenio, sino de los que están fuera", explicó. El documento aclara que esos empleos peor remunerados se localizan en construcción y servicios y alerta sobre la "creciente dualización" del mercado de trabajo, compuesto por trabajadores bien pagados y por otros muy precarios.
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