La canciller alemana, Angela Merkel, reafirmó ayer su rechazo a la introducción generalizada de un salario mínimo en este país, pero se mostró dispuesta a ceder parcialmente a le petición de su socio de gobierno, los socialdemócratas, y aplicarlo en algunos sectores.
El hecho de que exista el salario mínimo en más de une veintena de países europeos no significa que debe ser el "instrumento apropiado para Alemania", señaló Merkel en una conferencia del ala empresarial de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU).
La canciller subrayó que lo importante es mantener, "respaldar, fomentar" la independencia de los agentes sociales a la hora de negociar los convenios.
No obstante, se mostró abierta a aplicar a otros sectores el régimen que existe ya en algunos ramos, como la construcción, por el que los trabajadores temporales europeos deben regirse por el sistema salarial alemán.
El debate entre los dos socios del gobierno -cristianodemócratas y socialdemócratas- sobre la política laboral se ha ido acentuando en las últimas semanas, y el próximo lunes será el tema estrella de la reunión de la coalición.
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