La armonización de los sistemas de protección social de los países de la Unión Europea a 15 es 'imposible', porque aunque todos son de reparto, cada uno tiene su historia y las prestaciones son distintas.
Esta es una de las principales conclusiones del estudio de la Fundación Alternativas, vinculada al Gobierno socialista, sobre 'Movilidad del factor trabajo en la UE y coordinación de los sistemas de pensiones'.
Según uno de los autores, Felipe Serrano, catedrático de Economía Aplicada y director de ese Departamento en la Universidad del País Vasco, si por armonización se entiende que todos paguemos una misma cotización y recibamos igual prestación, 'esto es imposible'.
Una fórmula 'más débil' que apuntó sería calcular los impuestos implícitos de cada sistema (lo que se recibe en función de las aportaciones), pero advirtió de que también es 'muy difícil' homogeneizar así las distintas coberturas sociales de la UE-15.
El que en el estudio se considere imposible igualar los sistemas, no significa que se esté en contra de ese proceso, precisó Serrano.
Respecto a la actual coordinación de los modelos de protección social de los Quince, Adolfo Jiménez, ex secretario general de Seguridad Social y secretario general de Organización Iberoamericana de Seguridad Social, y el otro autor del estudio, Jesús Ferreiro, profesor de Economía Aplicada en la Universidad del País Vasco, coincidieron en que funcionan bien.
Esto se debe a que eran pocos países y a que sus sistemas operan bien, dijo Ferreiro, quien advirtió de que esto cambiará si aumenta la movilidad de los trabajadores y la UE se sigue ampliando -en la actualidad la forman 27 países-.
Apuntó después que esto acarrearía problemas de coordinación, que serían más acuciantes, cuanto mayor fuese el número de trabajadores que desearán cambiar de país.
No obstante, recordó que la movilidad laboral afecta cada año al 0,1 por ciento de la población de la UE a 17 (entre 170.000 y 180.000 personas), frente al 3 por ciento de los Estados Unidos.
Las razones que dio para tan baja movilidad fueron los costes que conlleva y que las diferencias salariales son pequeñas entre los estados miembros.
La movilidad viene motivada por las mejoras en la renta familiar (mayor salarios para ambos cónyuges) y no está influida por el sistema de protección social que se pueda obtener, según Serrano.
Sin embargo, entre cuatro y cinco millones de trabajadores de los países que eran miembros de la antigua URSS y ahora lo son de la UE podrían trasladarse a estados de la denominada Europa Occidental comunitaria, según las previsiones que dio Ferreiro y que, dijo, hay que verlas con cautela, porque países que parecía que iban a ser generadores de inmigrantes, ahora son receptores, como España.
En la actualidad, la Unión Europea está ultimando un nuevo reglamento que mejorará la coordinación.
Al respecto, Serrano citó el principal problema al que se enfrenta el modelo actual: cómo coordinarse con los países del Este que acaban de entrar en la UE, puesto que sus modelos de Seguridad Social son distintos y a sus administraciones en la materia les falta 'práctica'.
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