Una mujer de 35 años de Dénia (Alicante) se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Valencia, tras sufrir ayer un accidente laboral, sin que los médicos puedan realizarle, por prohibición expresa suya al ser testigo de Jehová , una transfusión de sangre que consideran necesaria, según informó ayer el diario Las Provincias.
Según esta información, María Dolores Ortiz sufrió un accidente laboral a primera hora de la mañana del miércoles en una nave industrial de Ondara (Alicante). La empresa se dedica al lacado de maderas y al arrastrar uno de los carros cargado de tablas, este venció sobre ella, provocándole lesiones de mucha gravedad.
Sangraba por la boca y se quejaba sin cesar. El servicio de emergencias que la atendió descubrió entre sus documentos un papel en el que alertaba de que es testigo de Jehová y que advertía de que en caso de accidente prohibía expresamente que le realizaran una transfusión.
María Dolores fue trasladada al Centro de Rehabilitación de Levante, en Valencia, para ser operada de urgencia de sus lesiones. Los médicos aconsejaron a los hermanos de la herida que autorizasen la transfusión, pero, según la información, éstos decidieron respetar la voluntad de la paciente.
Según informaron los doctores que la atienden, la paciente mantiene las constantes vitales. Está estable dentro de la gravedad y "hay que esperar al menos 24 horas para ver cómo evoluciona".
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