La emigración es un derecho más de lo que estamos dispuestos a aceptar", señaló ayer, concluyente, Peter Sutherland, representante especial para Inmigración del secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, durante la celebración del primer Foro Global sobre Migración y Desarrollo, que se celebra en Bruselas.
"Nos quejábamos cuando la URSS no dejaba salir a la gente de sus fronteras y ahora cerramos las nuestras y decimos que no tenemos la obligación de aceptar a los demás", setenció el responsable de la ONU, que ha sido muy crítico con la UE en los últimos días.
Motor de desarrollo
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, pidieron ayer que la inmigración no sólo sirva para crear riqueza en los países de acogida, sino que también contribuya al desarrollo en los de origen.
El secretario general de la ONU pidió que "la inmigración sea una palanca para el desarrollo de los países pobres" y Barroso abogó por una estructura de "inmigración circular" que permita a los inmigrantes volver a sus países de origen.
Tras recordar que muchos países ricos también han visto a sus ciudadanos marcharse en busca de una vida mejor, el secretario general de la ONU reclamó el fin de la discriminación contra los inmigrantes, especialmente los menos formados, en los países de destino.
El secretario general de la ONU dijo que la sociedad se encuentra en "la era de la movilidad global" y definió a la migración como "una fuerza de la naturaleza que no se puede parar".
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