Iván Toscano terminó la semana pasada sus estudios secundarios en el colegio Benito Juárez de Quito y su principal objetivo, no es seguir la universidad para obtener una profesión, sino “viajar a Estados Unidos o a España para trabajar”.
Para el adolescente, el Ecuador no brinda las condiciones necesarias para que los jóvenes se desarrollen y mejoren sus condiciones de vida, por lo que “es mejor buscar las oportunidades de progresar en otros países”.
Iván es parte de ese 57,7 por ciento de jóvenes que, en los últimos años, ha dejado el país para buscar mejores días en otras naciones del mundo. Esto según la última encuesta sobre las condiciones de vida de los ecuatorianos realizada por el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos.
El análisis del Instituto señala que los jóvenes de entre 18 y 29 años encabezan la lista de las personas que emigraron, seguidos por aquellos cuyas edades oscilan entre 30 y 39 años.
Es decir, el 60 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) y que en toda sociedad es el motor de desarrollo económico. Son consideradas parte del PEA la personas en edad de trabajar (12 años y más).
Para María Eugenia Burbano, coordinadora de la aérea técnica de juventud del Patronato San José, el problema de la migración laboral de los jóvenes se debe al incremento de la pobreza y el desempleo; la baja calidad de los servicios de educación.
Esto, señala la experta, sumado a la obsesión de los empleadores de buscar cuadros muy exigentes para ocupar los cargos y que la mayoría de lo muchachos no puede cumplir los requisitos.
“En la mayoría de los casos se busca gente con experiencia, lo que elimina automáticamente a los jóvenes, ya que ellos aún no tienen la oportunidad de trabajar”, señala la especialista.
Para ella, el problema se presenta, principalmente, en los jóvenes bachilleres, ya que los profesionales tienen mayor acceso a las plazas de trabajo. Sin embargo, enfatiza, que el problema no desaparece en su totalidad”.
Para el presidente de la Cámara de Industriales de Pichincha, Sebastián Borja, el problema de la migración laboral juvenil pasa también por la descoordinación entre los pénsum de estudios que se imparten en los colegios y las universidades del país y la demanda real que tienen los sectores productivos.
Para el empresario, los jóvenes deberían ser formados en carreras técnicas, ya que existe mucha más demanda en el mercado laboral ecuatoriano.
Según el último análisis sobre el empleo en la juventud del Sistema Integrado de Indicadores Sociales del Ecuador (SIISE), el 32,0 por ciento de los jóvenes desempeña actividades vinculadas con servicios particulares.
El 18,0 por ciento está en áreas relacionadas al transporte; el 12,3 por ciento; en artes , el 11,7 por ciento, en artesanales y textiles y el 5,9 por ciento, en agrícolas.
Pero además, enfatiza Borja, la mentalidad de los jóvenes debe cambiar. Esto porque en la actualidad los muchachos salen de los colegios y universidades para ser empleados y no para ser dueños de su propia empresa.
Andrés Tirado y Jeferson Malo, dos jóvenes de 18 y 15 años, respectivamente, coinciden en que encontrar trabajo en el Ecuador es muy difícil. Sin embargo, no han pensado en emigrar al exterior para trabajar. El objetivo recurrente de los adolescentes es progresar en el país.
La importancia
El Ecuador es un país eminentemente habitado por jóvenes. Más del 60 por ciento de la población total es menor de 29 años de edad.
Las características propias de los mercados modernos en el mundo demandan de manos de obra profesional, mayoritariamente, joven.
En la actualidad muchos jóvenes se ven obligados a trabajar para obtener un ingreso económico que les permita reproducir su vida material y sus relaciones sociales.
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