La cantante Rocío Jurado "ha entrado en la mitología, como artista, madre, hija y, sobre todo, como ser humano", dijo ayer su viudo, el torero José Ortega Cano, al recoger de manos del ministro Jesús Caldera la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo concedida a su esposa, en una ceremonia íntima y emotiva.
"Hoy, siento que está con nosotros", dijo Ortega Cano, quien recordó la alegría con la que Rocío Jurado recibió la noticia de que le iba a ser concedida la distinción justo al aterrizar en España procedente de Houston, ciudad norteamericana en la que recibió tratamiento médico para su enfermedad.
El torero destacó cómo la tonadillera se enfrentó a una enfermedad "muy dura" que llevó "con mucha valentía, estoicamente y sin quejarse nunca, luchando hasta el final".
Jesús Caldera remarcó que "Rocío pasó su vida trabajando para que los demás sintiéramos esa vida que estuvo y está en su música", y explicó que la medalla supone el reconocimiento a casi cincuenta años de trabajo.
Citando a Unamuno, el titular de Trabajo dijo que "sólo el que ha nacido en espíritu, y no sólo en carne, canta" y añadió: "Rocío trabajó de forma incansable para darle a ese viaje interminable que es la música la dignidad que merece".
"A través de su voz dio voz a los suyos", dijo el ministro, quien citó a Luis Cernuda para recordar que Rocío Jurado "hizo de su voz su valentía", expresándose "en el lenguaje más universal, el de la música".
Al final de su discurso, Caldera recordó que interpretar es "dar a conocer los afectos y movimientos del alma, un alma que, en el caso de Rocío, fue muy grande".
También hizo hincapié en el afecto que Rocío tenía por los suyos y aseguró que para ella "no hubo premio mejor que saber que sus raíces se hicieron fuertes con sus hijos y sus nietos".
El Gobierno concedió este galardón a Rocío Jurado el 24 de marzo de 2006 como reconocimiento a su trabajo y a su conducta socialmente útil, meses antes de que un cáncer acabara con su vida.
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