Las líneas de alta velocidad de Renfe recuperaron ayer prácticamente la normalidad a partir de las diez y media de la mañana debido a que los sindicatos ferroviarios se avinieron a negociar con la empresa las reivindicaciones de maquinistas e interventores.
Sólo un par de trenes que cubrían el servicio entre Córdoba y Sevilla y en la línea Madrid-Zaragoza sufrieron retrasos durante el día al tener que realizarse por la vía convencional debido a los reajustes que hubo que efectuar.
Finalmente, a última hora de ayer ambas partes alcanzaban un preacuerdo que garantiza la movilidad geográfica de los jefes de tren y de los supervisores de servicios a bordo y la cobertura de las plazas adicionales necesarias para los nuevos trenes que realizarán los servicios entre Madrid y Barcelona, Madrid-Málaga y Madrid-Valladolid.
Esas plazas se proveerán previo acuerdo teniendo en cuenta la norma marco de movilidad de Renfe. El punto final del proceso «se alcanzará con la futura ordenación profesional de los colectivos contemplados en el preacuerdo», señaló la empresa en un comunicado. El preacuerdo respeta la actual situación de los maquinistas jefes de tren y de los supervisores de servicios a bordo y garantiza que continuarán conduciendo los trenes de alta velocidad.
Suscrito por la mayoría
Este principio de acuerdo ha sido suscrito por la mayoría de los representantes del comité general de empresa, es decir por el Sindicato de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (Semaf), CC.OO. y UGT, que suman un total de 11 representantes de los 13 del comité.
El preacuerdo, que todavía deberá ser aceptado por los maquinistas, según el comité de empresa, evita la huelga que los maquinistas tenían previsto convocar para el puente del 15 de agosto. Pero lo cierto es que hacia las cinco de la madrugada del miércoles estuvo a punto de cundir el pánico entre los directivos de Renfe ante la amenaza de que el 1 de agosto, fecha clave del periodo vacacional, la mayoría de los maquinistas del AVE no se iban a presentar a sus puestos de trabajo.
Posteriormente, las diferencias existentes entre los propios sindicatos del sector se aminoraron y cedieron a negociar sus reivindicaciones.
Sin embargo, hasta las diez y media no se pudo reanudar el servicio del AVE entre Madrid y Toledo, que había sido cubierto durante un día con autobuses.
Asimismo, los seis primeros servicios de alta velocidad entre Sevilla y Córdoba -tres en cada sentido- tuvieron que ser cubiertos por la línea convencional.
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