El North of England P&I Club – una de las mutuales de seguros marítimos más importantes del mundo – señaló la semana pasada su preocupación, porque la prosperidad de la industria del transporte marítimo está siendo socavada por un constante incremento de la inexperiencia.
En su informe administrativo 2007, el club se refiere a esta falta de experiencia y la menciona como causa directa de trabajo innecesario en los procesos de denuncias, que a veces llevan a que demandas relativamente menores se conviertan en grandes cuestiones, debido a la falta de sentido común y al desconocimiento de procedimientos básicos.
El informe dice que “simplemente, no existe suficiente cantidad de personal calificado para operar apropiadamente la creciente flota mundial, o para proveer desde tierra el apoyo y experiencia necesarios”.
Irónicamente, es el éxito de la industria del “shipping” lo que está contribuyendo a esta preocupante situación. Rodney Eccleston, Director de la institución dice en su informe que “la formación de los marinos está en la actualidad tan focalizada en operar buques de acuerdo con procedimientos, que cuando se presenta un incidente para el cual no hay procedimiento, las tripulaciones no siempre tienen el entrenamiento, la iniciativa o la experiencia para pensar en forma independiente”.
Eccleston atribuye la falta de tiempo disponible para que los marinos se califiquen adecuadamente, a la creciente presión de la industria, pero la causa es mucho más profunda.
Por empezar, la escasez de personal adecuado para satisfacer las demandas de la industria es un factor mucho más importante como causa de inexperiencia, sin mencionar que menos personal calificado significará una reducción de la experiencia disponible. Por otra parte, el problema no radica solamente en una cuestión de cantidades, sino en los estándares de calificaciones del mercado de recursos humanos.
Esta escasez que enfrentamos precipitará sin lugar a dudas una inundación de personal subestándar que podría hundir a la industria. Y por falta de “experiencia”, léase falta de “calificaciones aceptables”. En este punto, los sectores de la actividad y las autoridades nacionales deben hace frente común para insistir en que no se erosionen los estándares, particularmente en la medida en que se exacerba la situación por la entrada en servicio de muchas nuevas construcciones.
La denuncia formulada por el North of England en su informe anual no debe ser ignorada, como no debe serlo la escasez de la mano de obra fundamental. Esta situación se ha venido incubando desde hace algunos años, y mientras que los operadores de buques se han desarrollado en base a un “boom” que ha mostrado un crecimiento sin precedentes en la construcción de nuevos buques, no se ha producido un crecimiento correspondiente en la construcción de la fuerza laboral.
De hecho, sólo sería un discurso hipócrita e irresponsable para la industria, discutir sobre la falta de personal, mientras la industria como un todo ha sido remisa en asegurar una provisión confiable y oportuna de recursos humanos.
Sin un incremento de los programas de entrenamiento, se desarrollará una crisis inevitable a partir de los actuales problemas. Y con el incremento de obligaciones que han sumergido a los capitanes de buques en montañas de papeleo y concentrado a los operadores en los costos asociados, nunca ha sido tan urgente la necesidad de mano de obra adicional a bordo como hoy, aún cuando se ha convertido en “norma” que los buques operen con el mínimo nivel de seguridad en materia de cantidad de tripulantes, y no más.
Es frecuente observar en muchos buques de diversas banderas, tonelajes y propietarios, que operan con las dotaciones mínimas de seguridad, definidas en sus certificados sin considerar ninguna contingencia de personal. Según parece, los niveles de armamento de la industria son considerados “correctos” en los actuales valores.
Además, en muchos casos estas certificaciones no tienen en cuenta requerimientos tales como los de operar durante algunos períodos de tiempo con niveles de seguridad más elevados.
Los estados de abanderamiento podrían ayudar a poner presión a la industria en este aspecto. No estaría mal que así lo hicieran, en lugar de someterse a las presiones de la industria y las de la OMI.
Si continúan prevaleciendo tales prácticas, los niveles previsibles de armamento de personal corren el riesgo de ser falsamente bajos, en lugar de altos.
Sin embargo, y a pesar de lo dicho sobre la situación actual, existen algunas luces sobre el horizonte. Mitsui OSK Lines Ltd (MOL) ha botado recientemente su primer buque de entrenamiento, el “SPIRIT OF MOL”, como parte del programa de gran expansión de su flota.
Adicionalmente, y para enfrentar la cuestión de la escasez de personal y garantizar operaciones de alta calidad y nivel de seguridad, la empresa está extendiendo las actividades de adiestramiento alrededor del mundo, proveyendo lugares de clases y entrenamiento práctico para los futuros marinos. En enero pasado, anunció un acuerdo para introducir un programa de cadetes con la Academia Marítima Nacional de Odessa, Ucrania. Es su propósito el cultivar a las próximas generaciones de marinos que aportarán un mayo nivel de seguridad a bordo de los buques de su flota.
Otros operadores de envergadura igualmente responsables, están desarrollando excelentes programas de entrenamiento de cadetes, tales como NYK, y Maersk por nombrar apenas algunas. Sin embargo, por excelentes que estos esquemas sean, no serán suficientes sin un esfuerzo concertado de la industria del shipping en su totalidad.
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