Las huelgas de advertencia de los sindicatos alemanes de los servicios públicos que comenzó hoy ha conducido incluso a la suspensión de la vigilancia policial de la vivienda privada de la canciller alemana, Angela Merkel, en el centro de Berlín.
Durante dos horas a primera hora de la mañana los agentes encargados de custodiar la casa de Merkel se retiraron de su puesto, al igual que sus colegas encargados de la vigilancia de varias embajadas en el centro de la capital alemana para reivindicar mejoras salariales.
Los paros parciales suspenderán también a lo largo de la jornada y siempre durante dos horas la labor de la oficina municipal de inmigración, que concede los permisos de residencia y trabajo para ciudadanos no comunitarios.
Para dar mayor énfasis a sus exigencia, los sindicatos paralizarán igualmente durante dos horas las actividades de la oficina municipal de matriculación de vehículos. Los empleados de los servicios públicos berlineses demandan el abono de tres pagas extras de 300 euros cada una y un incremento salarial del 3%.
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