Seis sindicalistas birmanos han sido condenados a penas de hasta 28 años de prisión por ayudar a organizar un seminario laboral con motivo del pasado Día de los Trabajadores, informaron fuentes de la defensa.
Cuatro de los condenados recibieron 20 años de cárcel por el delito de sedición, cinco años más por asociación ilegal y otros tres años por infracciones en la ley de inmigración.
Los otros dos activistas fueron sentenciados a 20 años a la sombra por sedición.
Las condenas surgen cuando la Junta Militar de Birmania (Myanmar) afronta las manifestaciones más numerosas en favor de la democracia desde 1988 y que han causado al menos un muerto, un monje budista que murió el jueves pasado de los golpes recibidos por los antidisturbios.
Los cuerpos de seguridad han arrestado a más de un centenar de personas por participar en las protestas.
La decisión del régimen militar de subir los precios de los carburantes y del gas, que se aplicó a mediados de agosto con el consecuente encarecimiento de bienes básicos, ha sido el detonante de las manifestaciones, en las que se ha acabado por sumar la demanda de mayores libertades.
Las cárceles birmanas alojan a más de un millar de presos políticos, según Amnistía Internacional.
La última vez que se celebraron elecciones legislativas en el país, gobernado por los militares desde hace 45 años, fue en 1990 y el resultado arrojó una severa derrota del régimen ante Aung San Suu Kyi y su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND).
La Junta Militar no acató el resultado de la urnas y mantiene, desde 2003, confinada en su casa a Suu Kyi, quien ganó el Premio Nobel de la Paz en 1991.
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