Las monjas benedictinas del Monasterio de la Santa Familia de Manacor (Mallorca), que hace siete años quedaron en paro tras la crisis que experimentó la fábrica de perlas cultivadas Majórica, progresa actualmente gracias a la buena acogida que está teniendo una línea de confituras y conservas artesanales, que, desde hace un mes, se vende en el 'Club del gourmet' del Corte Inglés.
Así lo manifestó la abadesa de esta congregación, Margalida Antònia Lliteras, integrada por nueve hermanas, de las que sólo cuatro se dedican a la realización de los productos alimentarios para venta, y cuentan ya con 27 variedades de confituras y casi una decena de conservas, de las que confeccionan hasta las etiquetas, con la marca 'Monges Benedictines, productes artesans'.
Respecto al origen de esta iniciativa, Lliteras comentó que, según la regla de San Benito, "tenemos que trabajar y sostenernos económicamente, al mismo tiempo que contribuir a la comunidad", por lo que, tras perder el trabajo en Majórica se produjo a su vez una crisis en el monasterio, hasta que "una amiga nuestra que hacía cestas de regalos navideños nos sugirió que hiciéramos confituras" para ella.
Las benedictinas de Manacor se pusieron en marcha y lanzaron poco después su primera especialidad, la mermelada de higo confitado, que, como las que fueron creando posteriormente, está elaborada a partir de fruta y azúcar, "sin conservantes ni aditivos", que se fue dando a conocer por ferias artesanales y de productos alimenticios biológicos, en las que empezó a ser apreciada por el público, recordó la abadesa.
Poco a poco se fueron incorporando otros sabores, como el llamado 'Chocotá', de naranja y chocolate, "que tiene mucha salida en Alemania", apuntó la responsable de la congregación; así como los de manzana y kivi, naranja amarga, naranja y güisqui, plátano y naranja, mandarina, calabaza, pomelo, limón y, los más especiales, el de 'prunes de frare', que es la confitura más antigua que se conoce en Mallorca, y el albaricoque 'sol y serena', que "se hace sola" después de 50 días en una intemperie controlada.
A todo ello, aún cabe agregar una incipiente pero ya atractiva variedad de conservas, todas ellas vegetales, entre las que se encuentran varios patés, de olivas 'trencadas', olivas negras, tomate, tomate con aceite, granada agridulce, y un preparado de pimiento, que "está de moda comer con queso", apuntó la abadesa .
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