La acreditación de las competencias profesionales es clave para el futuro del sistema productivo, según se ha puesto de manifiesto hoy en unas jornadas organizadas por la UGT, en las que además se ha apuntado la necesidad de que los agentes sociales y la administración impulsen este reto.
Las jornadas sobre 'Información y Orientación en la Acreditación de las Competencias Profesionales', organizadas por el citado sindicato, con la colaboración del Gobierno foral, fueron inauguradas por el consejero de Innovación, Empresa y Empleo, José María Roig, y el secretario general de la UGT, Juan Goyen.
Las sesiones que se celebran hoy y mañana tienen como objetivo generar un espacio de debate sobre los nuevos retos que los servicios de orientación van a tener en la implantación del sistema de las cualificaciones, y sobre todo en la evaluación, el reconocimiento y la acreditación de las competencias profesionales.
En sus intervenciones tanto Roig como Goyen coincidieron en subrayar la importancia de la acreditación de las competencias, una cuestión que, según el sindicalista es de 'gran interés' e interesa 'sobremanera' a la UGT.
Al respecto Goyen incidió en la necesidad de que 'las personas en base a su experiencia laboral puedan acceder a una titulación oficial de formación profesional o un certificado de profesionalidad, a una cualificación y un reconocimiento de sus competencias en el mercado laboral'.
En su opinión, 'el reto de la evaluación y la acreditación es clave para el futuro del sistema productivo y la capacidad para producir más y mejor, es fundamental para que los trabajadores conserven y mejoren su puesto de trabajo y es imprescindible para lograr una mayor empleabilidad y desarrollo social de las personas y por tanto una mayor cohesión social'.
Añadió que en el contexto actual, caracterizado por las nuevas formas de gestión y organización del trabajo, por los procesos de globalización en las empresas y la introducción de nuevas tecnologías de la información entre otros, los trabajadores 'tienen nuevas necesidades de aprender y demandan la actualización de sus conocimientos y competencias'.
Estas exigencias 'deben ser atendidas por los sistemas de educación y formación', apuntó Goyen.
Respecto a esta cuestión Roig recordó que desde el año 2002 están 'intentando centrar el tema de las cualificaciones, las competencias profesionales, intentando dar crédito, defensa material a la formación de los trabajadores'.
Aludió en ese sentido al Consejo Navarro de Formación Profesional, fruto del cual son los centros integrados, a los que se refirió como 'un primer paso para esta acreditación, un intento de unión de la formación profesional reglada con la no reglada para obtener sinergias, elementos conjuntos'.
El consejero, quien señaló que 'la administración debe ser capaz de impulsar este reto, ya que en ello va el futuro del país', apuntó que, en su opinión, las empresas además de innovar, deberían añadir a la inversión en I+D+I la formación, ya que en mundo globalizado 'si no se mejora la formación de los trabajadores además de la I+D+i no haremos nada, no se va a fabricar con calidad'.
La formación implica además 'competencia', según el consejero que sostuvo que al mismo tiempo supone un reconocimiento del trabajador que conlleva 'ilusión por ir accediendo a nuevas cotas de formación por ir demostrando que vale'.
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