La mitad del crecimiento que experimentaron los precios en España durante los últimos tres años se debió a los excedentes empresariales y sólo un tercio fue consecuencia de las retribuciones de los trabajadores asalariados, según un estudio sobre salarios realizado por el Gabinete Técnico de CC.OO.
El informe, al que tuvo acceso Europa Press, señala que la evolución de los salarios ha contribuido a contener la inflación y a mejorar la competitividad del aparato productivo, frente a los márgenes empresariales, que "han presionado los precios al alza". De hecho, la presión que ejercen los márgenes empresariales sobre los precios en el sector de la construcción es en España "la mayor de toda la UE" según CC.OO.
El sindicato subraya en este estudio que los salarios negociados en convenio han ganado poder adquisitivo todos los años desde 1996. En general, se trata de ganancias "moderadas", pero a partir de 2002, con la introducción en un gran número de convenios de cláusulas de revisión salarial, las ganancias de poder de compra se sitúan en el entorno de medio punto por año, con excepción de 2006, en el que prácticamente se mantiene inalterado el poder adquisitivo.
En 1999, el 93% de los trabajadores mantenían o ganaban poder de compra en la negociación colectiva, porcentaje que en los tres años siguientes bajó cuarenta puntos para repuntar a partir de 2002, cuando la generalización de cláusulas de revisión salarial promovida en los Acuerdos Interconfederales de Negociación Colectiva llevó este porcentaje hasta cerca del 80%.
Así, resalta CC.OO., el "estancamiento" experimentado por el salario medio real español desde el año 2000 no es atribuible a la pérdida de poder de compra de los salarios pactados en convenio, sino al modelo de crecimiento económico español, basado en sectores poco productivos, con empleos precarios y mal remunerados.
De hecho, en tres de los últimos seis años, el salario medio creció por debajo de los salarios pactados en convenio. El motivo que, en opinión de la central sindical, explica estos "deslizamientos salariales negativos" es el aumento en la estructura del empleo de las ramas y ocupaciones con salarios más bajos, como hostelería, construcción, comercio y reparaciones y otras actividades sociales y servicios a la comunidad.
Además, desde el año 2000, la composición del empleo español ha pivotado alrededor de ocupaciones poco cualificadas, en detrimento de otras que requieren una formación intermedia, abriéndose una tendencia hacia la "dualización" del mercado laboral entre puestos de trabajo cualificados y no cualificados, con sus consiguientes efectos sobre los salarios (empleos bien remunerados frente a los mal pagados).
LA TEMPORALIDAD RECORTA LOS SALARIOS.
Según datos de la OCDE, el salario medio real aumentó en España un 1,9% de media anual entre 1990 y 1995, pero se redujo medio punto y tres décimas, respectivamente, entre 1995 y 2000, y entre 2000 y 2005.
El sindicato advierte en su informe de que este estancamiento del salario medio está detrás de la pérdida de peso de los salarios en el PIB que viene registrándose desde el año 2000. En concreto, mientras que entre 1996 y 2000 las retribuciones de los asalariados aumentaron su peso sobre la renta desde el 53,7% al 55%, a partir de esa fecha su participación se recorta, hasta situarse en el 52,4% en 2006.
También la elevada tasa de temporalidad que lleva padeciendo desde hace dos décadas el mercado laboral español ha contribuido a recortar los niveles salariales. En este sentido, CC.OO. observa que los sueldos más bajos suelen corresponder a actividades con más temporalidad, como hostelería, comercio, construcción y servicios sociales.
Por contra, los mayores niveles salariales los presentan aquellas ramas con menor número de contratos temporales, entre ellas la intermediación financiera, la producción y distribución de energía eléctrica, gas y agua, y las industrias extractivas.
POSIBLE AUMENTO DEL PARO EN UN NUEVO MODELO.
Según CC.OO., el actual modelo de crecimiento económico español ha obtenido resultados económicos "brillantes", aunque "a costa" de rebajar y debilitar la cohesión social. Así, el sindicato critica que este modelo ha provocado un reparto más desigual de la renta, ha impedido el acceso de los jóvenes a la vivienda y fomentado la explotación económica de los inmigrantes, "a los que se les ha animado a entrar en el país sin derechos laborales".
En general, todos los agentes económicos y sociales han destacado la necesidad de caminar hacia un modelo más productivo, basado en la industria y el sector exterior y sostenible en el tiempo. En este punto, la organización sindical advierte de que el cambio de modelo podría generar "importantes excedentes laborales", es decir, desempleo, incluso aunque la industria tomara el relevo a la construcción como motor de crecimiento.
Ello es así porque la industria tiene menos capacidad para generar empleo y demanda más empleo cualificado que la construcción. Según cálculos de CC.OO., por cada punto que aumenta el valor añadido de la industria, se crean entre 17.000 y 26.000 empleos, mientras que por cada punto que se reduce la actividad en la construcción se destruyen una media de 51.000 empleos. De esta manera, la industria tendría que crecer dos puntos por cada uno que perdiera la actividad constructora si se quiere evitar que aumente el desempleo.
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