Un sector, el de los detectives privados, que sólo en Madrid cuenta con 450 licencias profesionales, lo que significa que existe el mismo número de profesionales legales. Sin embargo, dada la ambigua legislación que existe en torno a este trabajo, la cifra de intrusismo alcanza el 20 por ciento.
Casos laborales
Según datos de la Comisión Gestora del Colegio de Detectives de Madrid, un 40 por ciento de los casos en los que se contrata los servicios de un detective privado tiene que ver con el ámbito laboral. Como apunta Julio Gutiez, Presidente de esta comisión, aquí entrarían las bajas fingidas, la competencia desleal, los fraudes a las compañías de seguros, bajas en las mutuas patronales y, en general, todos los casos relacionados con este tipo de 'picaresca'.
'Si hay dudas de una persona que está de baja o cobra pensión por una cojera, que nadie dude que nosotros descubrimos si cojea o no. Siempre le pillamos', asegura Gutiez. Los resultados de los servicios prestados por los detectives privados de Madrid son aplastantes: 'Resolvemos más del 90 por ciento de los casos; es decir, obtenemos la verdad de lo que se nos solicita'.
Otro 40 por ciento de los casos pertenecen al ámbito empresarial y económico: desde las investigaciones sobre bienes y solvencia económica al control de ejecutivos, fugas de información, piratería y falsificación de marcas. El 20 por ciento restante se corresponden con el ámbito familiar: infidelidades, cumplimiento de órdenes de alejamiento, vigilancia de hijos menores y otro tipo de cuestiones relacionadas con los malos tratos y la violencia de género.
Formación
Un detective tiene formación universitaria. Ha de pasar tres cursos de carrera en un instituto de Criminología, centros que dependen de las facultades de Derecho. Con el título de Investigación Privada en la mano, el detective tiene que solicitar la licencia profesional -Tarjeta de Identificación Profesional (TIP)- que expide el Ministerio del Interior. Además, se exige no tener antecedentes penales y pasar un duro test psicotécnico. Este sector se rige, hoy, por la Ley de Seguridad Privada, en vigor desde hace quince años y que, al parecer, no se ha actualizado ni se ha adaptado a los cambios y necesidades de la profesión.
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