Lavan, tienden la ropa y hasta comen y duermen en el aeropuerto de Manises, en Valencia. Es la forma de protestar que han elegido cuatro vigilantes de seguridad por sus condiciones laborales. Durante dos meses, su hogar está siendo la terminal.
Cuatro vigilantes de seguridad en el aeropuerto de Manises viven en la terminal. Aquí han creado su hogar. Tienden, planchan, duermen y hasta realizan las tareas domésticas en mitad del aeropuerto. Así llevan más de sesenta días.
Mari Carmen Marí, miembro del comité de huelga, explica que los vigilantes demandan vestuarios, sala de descanso, dignidad laboral, preparación, formación, dignidad. Según Cristóbal Domínguez, presidente del comité de huelga, "ni las instituciones públicas, ni el Ministerio de Trabajo, ni de Fomento, ni desde el aeropuerto, ni desde AENA, se ha hecho nada por ellos".
En total hay 120 vigilantes afectados. Recogen firmas, estudian legislación y han llenado el aeropuerto de pancartas. Quieren ser escuchados. "Viven en el aeropuerto en un espacio muy reducido", cuenta Marí.
El presidente del comité de huelga asegura que aguantarán hasta el final aunque el desgaste físico y psicológico es mucho. Quieren negociar una solución que llegue cuanto antes.
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